La Arabia Saudí suní y el Irán chií no tienen nada que envidiar de la Europa medieval. El enfrentamiento entre las dos potencias fundamentalistas de Oriente Próximo, arroja hasta el momento un saldo de más de 30.000 muertos desde que comenzó el conflicto armado el 28 de septiembre de 2014, la mayoría de ellos civiles, y 21 millones de personas necesitan ayuda humanitaria urgente, según datos de la ONU.
Es la cruenta guerra de la República de Yemen, que permanece sumida en el caos desde que las tropas rebeldes -que se adhieren a una rama del islam chiita conocida como zaidismo- tomaron el control de la sede del gobierno, el aeropuerto, escuelas y varios edificios públicos de Saná, obligando al presidente Hadi a huir a la ciudad de Aden.
Desde el 26 de marzo de 2017, una coalición de nueve países árabes, -suníes- liderada por Arabia Saudita, impulsa una ofensiva militar contra la milicia rebelde Houthi, y los combates entre las fuerzas del gobierno yemenita y los mentados, pertenecientes al Movimiento Ansar Allah (Ansarola, «Los partidarios de Dios»), son feroces.
Acaba ahora de subirse a las redes un vídeo que muestra cómo un rebelde chií abate de un solo disparo a dos soldados de la citada alianza que patrullaban las montañas, cerca de la frontera con Yemen. La bala atraviesa a ambos a la vez, mientras el compañero que estaba junto a ellos no da crédito. Aún así, vuelve al lugar y logra sacar sus cuerpos sin vida con la ayuda de otros soldados. El francotirador opta esta vez por no apretar el gatillo.
Las fuerzas leales al presidente Hadis, respaldados con tropas de la coalición árabe, al frente de Arabia Saudita, han logrado entrar mientras tanto en la estratégica ciudad portuaria de Mokha, como parte de una ofensiva para recuperar el estrecho de al-Mandab.