El jefe del Estado Islámico en Afganistán, Abdul Hasib, ha muerto en una operación liderada por fuerzas especiales afganas en la provincia oriental de Nangarhar, según ha anunciado este domingo 7 de mayo de 2017 el presidente del país, Ashraf Ghani.
Así lo ha anunciado Gobierno afgano este domingo a través de Sediq Sediqqi, portavoz de la Presidencia afgana en su cuenta oficial de Twitter.
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«Fuerzas especiales de Afganistán han matado al jefe de Estado Islámico-Jorasán en una redada en el este de Afganistán. Estaba detrás del ataque contra el hospital militar de Kabul», ha asegurado el portavoz.
Sediqqi ha destacado que las fuerzas afganas y los militares de la OTAN y de Estados Unidos «están comprometidos para eliminar a Estado Islámico y otros grupos terroristas en Afganistán».
El presidente afgano se ha sumado a las felicitaciones a las fuerzas responsables de ejecutar la operación. «Los terroristas no tienen lugar en Afganistán», ha declarado Ghani.
Hasib podría haber muerto en una operación desarrollada el pasado miércoles, 26 de abril en Nangarhar, en la que fallecieron dos militares norteamericanos por fuego amigo, según confimaron fuentes del Pentágono a la agencia de noticias Reuters.
La operación, concretamente, tuvo lugar en la frontera de Afganistán y comenzó a las 22.30, hora local. En ella participaron medio centenar de Rangers del Ejército estadounidense y 40 comandos afganos, de acuerdo con los datos ofrecidos por el Pentágono.
Los militares estadounidenses fallecidos fueron identificados como el sargento Joshua Rodgers, de 22 años, y el sargento Cameron Thomas, de 23 años.
Kabul
Al menos 49 personas murieron y 69 resultaron heridas en el ataque efectuado por Estado Islámico contra el hospital militar de Sardar Daud Khan, el más grande de Kabul, el pasado mes de marzo.
El ataque, muy calculado, comenzó con un atentado suicida y prosiguió con la entrada en el hospital de varios yihadistas disfrazados de médicos que fueron habitación por habitación disparando a pacientes, médicos y visitantes antes de enzarzarse en un largo tiroteo con las fuerzas de seguridad.
«Además del ataque, Abdul Hasib era un secuestrador de niñas, y degollaba a los venerables notables afganos frente a sus familias», ha condenado el Ejército afgano en un comunicado.