Una SIG-Sauer P226 semiautomática con cargador para 13 balas era la pistola favorita de Pablo Escobar. Como muestra de buena voluntad, el 9 de junio de 1991, cuando se entregó para someterse a la Justicia, hizo un gesto teatral: le quitó las 13 balas de su cargador y le entregó el arma al procurador general, Carlos Gustavo Arrieta.
Increíblemente, al poco tiempo, logró recuperarla dentro de la cárcel La Catedral, de la que se fugó un año después.
Cuando el capo del Cártel de Medellín fue finalmente ultimado por la policía colombiana el 2 de diciembre de 1993, las fotos lo mostraron con su cuerpo ensangrentado, la Sig Sauer cerca de su mano derecha (a la que le quedaba una sola bala en el proveedor) y la Glock, sin disparar, dentro de una cartuchera.
En el museo de la Policía Nacional de Colombia se exhiben la ropa que llevaba Escobar cuando lo mataron, su reloj dorado y la Glock. Pero de la Sig Sauer, fabricada por las empresas Schweizerische Industrie Gesellschaft de Suiza y Sauer de Alemania, se perdió el rastro durante 23 años.
El coronel Hugo Aguilar Naranjo, quien durante años aseguró que fue quien disparó el tiro que acabó con el capo narco colombiano, describió en su libro Así maté a Pablo Escobar qué ocurrió inmediatamente después:
«Me acerqué sigilosamente, retiré con el pie la pistola, guardé la mía, lo cogí de la camisa, le miré bien la cara y sobre todo las cejas, le quité el reloj y lo detuve a las 3:20 de la tarde. Luego lo cogí de la camisa e hice un gesto de sí era Pablo Escobar. Tomé el radio y grité: «Viva Colombia, murió Pablo Escobar».
En su última columna de la revista colombiana Semana, Daniel Coronell asegura que la versión más creíble sostiene que quien mató a Escobar fue en realidad otro policía cuyo nombre permanece en el anonimato y sólo es conocido en las institución por el apodo «Sangre e’yuca», pos su tez muy blanca. Sin embargo, sí es cierto que Aguilar fue el primero en llegar hasta el cuerpo yaciente para sacarse la foto con él.
Más importante que eso, Coronell cuenta que en los últimos días logró rescatar de un archivo en Lisboa, Portugal, un documental sobre Escobar filmado por el Grupo Prisa en 2002 que nunca fue publicado. Allí entrevistaron a Aguilar, quien finalmente revela el misterio:
«La pistola de Pablo la cambié… Por la historia de la pistola, yo la conservo. La pistola que yo tenía se la tiré a él y cogí la de él».