"¿Qué castigo vamos a recibir? ¿Enviarnos a casa? No nos llevarán. No sabéis de dónde venimos"
El vídeo ha sido publicado por el periodista ruso Alejandro Plyuschev, quien lo ha subido por cauces nada convencionales por temor a que sea borrado de las redes sociales más conocidas. En el mismo, un refugiado musulmán se cachondea hasta hartarse de la política de la buena de Merkel, de quien recibe cada mes 328 euros por no dar un palo al agua: «Si es bueno el negocio, hay que exprimirlo».
Según da cuenta ‘NewsFront‘, fue grabado en vísperas de las elecciones al parlamento local. El iracundo hombre de color enumera los numerosos incidentes donde están implicados los inmigrantes, y se jactade que son invulnerables gracias a la débil e incompetente legislación alemana:
«La policía nada puede hacer. Llegará, firmará el acta, pero todos nosotros no tenemos el mismo dinero. ¿Qué castigo vamos a recibir? ¿Enviarnos a casa? No nos llevarán. No sabéis de dónde venimos. Pegamos a sus mujeres, empujamos, escupimos».
Según afirma, en caso de deportación él puede pasar la frontera y simplemente volver atrás, y nadie lo reconoce por las huellas dactilares. Y ni los políticos, ni los órganos de seguridad, ni los ciudadanos regulares pueden cambiar la situación que se ha formado con los refugiados. Las personas se quejan, y los políticos solamente «agitan y agitan», pero nada hacen, porque «no tienen huevos».
«Nosotros nos cagamos en sus leyes, en su cultura, en su mentalidad, en su policía».