El vídeo, grabado en 2012 y publicado íntegro por ‘Liveleak‘, sale ahora a la luz tras tras la muerte, de forma cuando menos extraña, del estudiante estadounidense Otto Warmbier, de 22 años. (Muere el estadounidense al que Corea del Norte dejó en coma con una pastilla).
En el mismo, agentes de seguridad de la policía de Corea del Norte, a las órdenes del chalado de Kim Jong-un, torturan a una mujer a la que acusan de haber mantenido relaciones sexuales con un chino y con un vecino de Corea del Sur.
Tras darle de tortas y patadas en una habitación donde hay sobre la pared una mancha de sangre, sin olvidarse de los tirones de pelo, la interrogan con este método, esperando una confesión que no llega.
En la grabación, puede verse también cómo torturan a un ciudadano de esos lares, acusado de haber hecho trizas una foto de Kim Jung-il, padre del mentado y expresidente del siniestro país.
La técnica es similar a la anterior, aunque esta vez el sospechoso lleva los ojos vendados.
Muchos medios afirman que esto es solo la punta del iceberg cuando se trata de la forma en que son tratados los reclusos, dentro de las cámaras de tortura y campos de prisioneros.