El grueso de los migrantes que desde el 12 de octubre de 2018 avanzan desde Honduras con el objetivo de cruzar a Estados Unidos ha ido llegando ya a la fronteriza Tijuana (4 de cada 10 inmigrantes que van a México desaparecen: ¿Cuántos de la caravana llegarán a EE.UU.? ).
Las últimas etapas de su cruzada han sido muy rápidas gracias a veintidós autobuses puestos a su disposición por distintas agrupaciones de la sociedad civil. Pero en esa ciudad han encontrado una inesperada resistencia (Ante la llegada de la caravana de migrantes, los obispos USA reiteran que «no es delito buscar asilo»).
Muchos de los 1.500 centroamericanos que alcanzaron las puertas del dominio de Donald Trump se instalaron en la playa nada más llegar y los vecinos les increparon y les pidieron que se fueran a los albergues (La caravana migrante va llegando a Tijuana mientras EEUU refuerza frontera).
Otros más radicales, argumentando temer por la seguridad de su comunidad y también celosos del apoyo que ha dado el Gobierno mexicano a la caravana, gritaban «lárguense, aquí no los queremos», «que se vayan», «México primero».
“No me atrevo a calificarlos como migrantes (…) Son una bola de vagos y mariguanos”.
Así ha reaccionado el alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum, a la llegada de la caravana de migrantes centroamericanos a la frontera entre México y Estados Unidos. Gastélum ha reclamado que el Gobierno mexicano “no ha hecho su trabajo” y ha exigido recursos para hacer frente a la última crisis migratoria en la región.
“La tranquilidad y la seguridad de Tijuana está siendo afectada”, ha dicho el alcalde en una entrevista al canal mexicano de noticias Milenio.
El político del conservador Partido Acción Nacional ha anunciado que convocará una consulta para que la ciudadanía decida si quiere permitir o frenar el arribo de más migrantes de las caravanas en tránsito por territorio mexicano, aunque no ha ofrecido detalles del referendo.
Gastélum ha prometido también una política de mano dura y lo subraya en Twitter:
Cualquier miembro de la “Caravana Migrante” que no respete la ley o la tranquilidad de los #Tijuanenses será presentado al #INAMI para que se aplique la ley y sea regresado a su lugar de origen. https://t.co/pDrunI2GBQ
— Juan Manuel Gastélum (@ALCDETI) 16 de noviembre de 2018
Las declaraciones del alcalde de Tijuana no hacen sino aumentar la presión sobre los desplazados. Juan Manuel Gastélum, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), dijo a la televisora Milenio que grupos de migrantes «llegan en un plan agresivo, grosero, con cánticos, retando a la autoridad», y pidió al Gobierno federal sean expulsados de inmediato.
Una activista reaccionó a los comentarios despectivos del alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastelum, sobre los migrantes centroamericanos que han llegado a la ciudad llamándolo el Trump de Tijuana.
Eunice Rendón, coordinadora de la Agenda Migrante, exigió al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación sancionar al alcalde por sus comentarios xenófobos contra los migrantes.
«Lo peor que nos puede pasar como sociedad y gobierno es ‘Atrumparnos´ como este Trump de Tujuana ahora, en la que estamos discriminando a la gente e incurriendo en actitud xenófoba» dijo Rendón al diario Milenio.
Los emigrantes estaban sorprendidos porque desde que empezaron su peregrinaje es la primera vez que son mal recibidos.
«Nosotros no somos delincuentes. Por qué aquí nos atienden así, si en todo lo que hemos recorrido en México nos trataron bien. Piensen en los niños que están aquí, por favor».
Soldados de Trump
Sin embargo, ese es un problema menor. Al otro lado de la frontera, tras muros, alambradas y pinchos, hay miles de soldados estadounidenses desplegados para evitar que entren. Y de lograr traspasar la línea fronteriza se encontrarán con la proclama de Trump estableciendo que aquellos que ingresen como ilegales no podrán solicitar asilo. Si los capturan serán repatriados a su país de origen y el viaje habrá sido en balde.
Se espera que lleguen otros 3.000 migrantes a Tijuana en los próximos días, pero muchos empiezan a pensar en conseguir ayudas para dar el salto a Canadá. «Buscamos soluciones, no confrontaciones», aseguró uno de los líderes de la caravana.
A suavizar las relaciones entre anfitriones y huéspedes no ayuda que en redes sociales hayan salido vídeos y fotos de migrantes tirando comida y ropa regalada, casi nueva, porque no les gusta. Lo malo es que para entrar legalmente en EE UU deberán esperar el trámite en México y dependerán de la buena voluntad del Estado de Jalisco, donde se encuentran, y de los residentes locales.