El Acuerdo de Paz firmado por el gobierno de Juan Manuel Santos y los miembro de las FARC parece que no fue sino una jugarreta por parte de los guerrileros.
Desde hace más de una semana que se desconoce el paradero de Sexis Paucias Hernández, alias «Jesús Santrich», el polémico exguerrillero acusado de participar en el envío de 10 mil toneladas de cocaína a los Estados Unidos, quien después de ser dejado en libertad por falta de pruebas y asumir un asiento en el Congreso de la República, se dio a la fuga el pasado domingo 30 de julio.
Santrich es el último de una serie de «capos» o exjefes de las FARC que se habrían fugado después de firmar el acuerdo de paz, y según el último informe de inteligencia del Ejército estaría en territorio venezolano con otros dos capos fugados, el exjefe negociador de la guerrilla en la Habana, «Iván Márquez» y el líder de las disidencias de las FARC, Gentil Duarte.
Además de ellos otros dos excomandantes Farc, alias «El Paisa» y alias «Romaña» también habrían desertado del proceso de paz y estarían de vuelta a actividades delictivas.
¿Quiénes son estos exguerrilleros y qué representa su desvinculación del proceso de reincorporación para el futuro de la paz en Colombia?
Según el profesor de la Universidad del Norte e investigador del conflicto armado colombiano, Luis Fernando Trejos, si bien todavía no se podría afirmar con certeza que exista un rearme organizado de lo que fueron las FARC, la deserción de estos altos mandos prende las alarmas y constituye una importante amenaza que podría acabar definitivamente con el proceso que se pactó en La Habana.
«Si la falta de voluntad política del Gobierno había herido de muerte al proceso, lo que lo va a matar es la división de las FARC», afirma el experto.
Dentro del partido de las FARC, que se creó posterior a la desmovilización de la guerrilla, convive un ala pro paz, que tiene a Rodrigo Londoño, «Timochenko», como su principal líder, el cual se ha apartado en repetidas ocasiones de sus excompañeros desertores afirmando que no actúan en representación de las FARC. Sin embargo, los capos fugados siguen teniendo ascendencia en gran parte de la tropa desmovilizada, que silenciosamente validan la línea planteada por «Iván Márquez» de que fue un error haber dejado las armas.
Jesús Santrich
Seuxis Paucias Hernández nació en 1967 en Sucre, departamento del Caribe colombiano, la región donde haría gran parte de su vida insurgente. Santrich estudió en la Universidad del Atlántico de Barranquilla Derecho y Ciencias Sociales e hizo un postgrado en Historia.
A los 21 años se une a la guerrilla e ingresa al Bloque Caribe, que opera en las zonas de la Sierra Nevada, los Montes de María (Sucre y Córdoba) y el nororiente del país, en la Serranía de Perijá, límite fronterizo con Venezuela.
Santrich es uno de los perfiles más políticos de la guerrilla, se destacó por ser uno de los encargados más sobresalientes de sus comunicaciones, escribiendo gran parte de los comunicados donde exponía los lineamientos políticos de las FARC y dirigiendo diferentes emisoras de radio clandestina. Logró ascender en las filas insurgentes hasta integrar el Estado Mayor Central, que reunía a los principales cabecillas de la exguerrilla. Era la mano derecha de «Iván Márquez», comandante del Bloque Caribe. Es reconocido por ser pintor, poeta y músico. Su rasgo físico más notable es su ceguera, por lo que usa unas características gafas negras.
Gran admirador de Hugo Chávez y la cusa bolivariana, Santrich es uno de los principales enlaces de las FARC con el país vecino. Integró la delegación de paz que viajó a La Habana y después del desarme encabezó la lista de las FARC a la Cámara de Representantes obteniendo uno de las cinco curules en esta corporación que le dio el Acuerdo de Paz a la exguerrilla.
El pasado 9 de abril de 2018, Santrich fue capturado por la Fiscalía colombiana que lo acusó de delinquir en fecha posterior a la firma del Acuerdo de Paz, en una operación donde también cayó Marlon Marín, hermano de Márquez.
Esa captura supuso el inicio de una novela que aún no termina y cuyo último capitulo se escribió con la confirmación de que el líder insurgente estaría en Venezuela.
Iván Márquez
Luciano Marín Arango, mejor conocido como «Iván Márquez», es el hombre de más alto rango y perfil de las desmovilizadas FARC en desertar del proceso de reincorporación.
Fue el jefe negociador de la delegación de las FARC en La Habana (Cuba). Posterior a la desmovilización y con la guerrilla constituida como partido político, Márquez encabezaría la lista al Senado como titular de una de los cinco curules que se les concedió, también sería uno de los miembros de la Comisión de Seguimiento e Implementación del Acuerdo de Paz, en la que también participaba «Jesús Santrich».
Nació en 1955 en Florida, Caquetá, y a sus 22 años empezaría su militancia en organizaciones de izquierda comunista, primero en la JUCO (Juventudes Comunistas) y después en la Unión Patriótica (UP), partido político con el cual llegó a ser concejal y congresista.
Durante el genocidio de la UP, uno de los episodios más crueles de violencia política en Colombia que dejó dos candidatos presidenciales muertos y cerca de tres mil militantes de dicho partido asesinados, Márquez comenzaría su vida militar en las FARC.
Dentro de la guerrilla, llegó a ser uno de los siete miembros del Secretariado, el máximo órgano de autoridad en la jerarquía fariana, y comandó el Bloque Caribe. Fue uno de los cabecillas guerrilleros más dogmáticos y aunque se destacó por asumir la línea política y diplomática de las FARC después de la muerte de «Raúl Reyes» en 2008, su visión del conflicto siempre fue más militarista que de diálogo.
Al morir «Alfonso Cano» a manos del Ejército Colombiano en 2011 -cuando el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC estaban en la fase secreta de los diálogos de paz- se rumoró que Márquez asumiría la comandancia de la guerrilla, sin embargo, terminó siendo Rodrigo Londoño, «Timochenko», que era más afin a la salida negociada del conflicto, el designado Comandante en Jefe de las FARC.
La ascendencia de Márquez es tan fuerte en los farianos que fue el miembro más votado en el primer congreso del recién creado partido político FARC, superando incluso su máximo líder Timochenko. Esa división entre Timochenko y Márquez se acrecentó cuando este último decidió no asumir su curul como senador y posteriormente se fugó presuntamente a Venezuela.
Actualmente no hay claridad del paradero del exjefe guerrillero. Según organismos de inteligencia del Estado Colombiano estaría en territorio venezolano desde donde ha enviado cartas y mensajes a las desmovilizadas tropas de las FARC afirmando repetidamente que «fue un error haber entregado las armas a un Estado tramposo».
Gentil Duarte
Su verdadero nombre es Miguel Botache, nació en 1964 en Florencia (Caquetá) uno de los lugares más golpeados por el conflicto colombiano. Gentil Duarte es el líder más poderoso de las disidencias de las FARC, controlando la mayor cantidad de tropas disidentes en el sureste colombiano. El Estado paga por él una recompensa de 2.000 millones de pesos (USD 624.760).
Duarte ingresó a las FARC a principios de los 80 y militó principalmente en el Bloque Oriental, que comandaba un histórico de la guerrilla, Víctor Julio Sánchez Rojas , alias el «Mono Jojoy», y donde alcanzó a ser uno de sus principales mandos.
El Bloque Oriental de las FARC fue la mayor estructura criminal y militar que tuvo esta guerrilla, llegando a controlar hasta el 55% del territorio nacional al tener presencia en lo departamentos de Caquetá, Guaviare, Meta, Arauca, Cundinamarca, Boyacá, Vichada, Casanare, Norte de Santander y Putumayo.
Durante las negociaciones de paz en La Habana, Duarte integró la delegación de la guerrilla y mientras se desarrollaban llegó a ser nombrado miembro del Estado Mayor Central.
Por su compromiso con la paz y su ascendencia en el Bloque Oriental, Duarte fue enviado por los líderes de las FARC para controlar la disidencia del Frente 1-perteneciente al Bloque Oriental- que al mando de «Iván Mordisco» se declaró por fuera del acuerdo. Pero en vez de un llamado al orden, Duarte terminó uniéndose a esa disidencia y asumiendo su comandancia.
A partir de ahí se ha dedicado a reorganizar las viejas estructuras del Bloque Oriental y a retomar el control de los territorios y rentas ilegales de las que vivía la guerrilla.
Duarte representa una línea dura que reclama a los excomandantes de las FARC haber traicionado la causa socialista y haberse aburguesado con las preventas que les concedió el acuerdo. Actualmente controla el grupo más grande de disidentes, rebautizados como el «Bloque Suroriental» y lidera un plan de rearme nacional.
El Paisa
Hernán Darío Velásquez Saldarriaga, alias El Paisa, es uno de lo hombres más sanguinarios de las FARC. Fue el comandante de la Columna Móvil Teófilo Forero, autora de atentados de gran impacto mediático como el carro bomba al Club El Nogal en Bogotá (2003) que dejó 36 muertos.
Nació en Medellín (Antioquia), de ahí su alias, gentilicio de los nacidos en esa región. En su juventud fue sicario del capo narcotraficante Pablo Escobar. A finales de la década del 80 manejaba una red de tráfico de armas, por lo que la policía lo captura con mil fusiles y 250 morteros en su posesión. Estando en la cárcel conocería a varios guerrilleros y se uniría a las FARC después de quedar en libertad.
Militó en una de las estructuras del poderoso Bloque Oriental al mando del «Mono Jojoy». A partir de ahí se destacó por ser uno de los guerrilleros más temidos de las FARC. Entre sus actos criminales estuvo participar en las sangrientas tomas de los pueblo de Miraflores, Guaviare, y El Billar, en el Caquetá; el asesinado del gobernador de ese departamento, el secuestro en pleno vuelo de un avión de la aerolínea Aires para llevarse al político Jorge Eduardo Géchem, el secuestro de los 12 diputados del Valle del Cauca en abril de 2002, un atentado contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez cuando estaba en funciones y otro al exministro Fernando Londoño.
«El Paisa» también se sumó a la delegación de las FARC en La Habana, llegando a principios de 2016 como un seguro, una garantía de contar con el líder de una de las estructuras más poderosas y guerreristas de la guerrilla como lo fue la Teófilo Forero.
Pero desde agosto de 2018 se desconoce su paradero y en por lo menos tres ocasiones incumplió las citaciones de la JEP, por lo que el tribunal especial expidió orden de captura en su contra y le retiró los beneficios otorgados por el Acuerdo de Paz, en la primera decisión de este tipo que toma desde su entrada en vigencia.
La última comunicación de «El Paisa» de la que se tiene noticia fue una carta que envió junto con Iván Márquez a la JEP en la que cuestiona la decisión del tribunal de expedir orden de captura en su contra.
Romaña
Henry Castellanos Garzón nació en San Marín (Meta) el 20 de marzo de 1965. Miembro del Estado Mayor de las FARC y excomandante del Bloque Oriental y del Frente 53, que operaban principalmente en los departamentos de Meta y Cundinamarca.
Sobre su vida antes de las FARC se sabe poco, algunos reportes de inteligencia hablan de una niñez en Bogotá donde habría terminado el bachillerato y empezado su militancia en la JUCO. Pero él mismo desmintió esos rumores en un libro que escribió sobre su vida en la guerra y que hoy reposa en la Comisión de la Verdad.
En la guerrilla se destacó por hacer del secuestro una verdadera industria en pro a la financiación de la actividad insurgente. Fue el autor de muchas «pescas milagrosas» -secuestros masivos- que realizaron las FARC. También por haber sido formado directamente por Manuel Marulanda Vélez, «Tirofijo», el fundador de las FARC y por ser el encargado del esquema de seguridad del «Mono Jojoy».
«Romaña», como los otros capos fugados, también hizo parte de la delegación de paz de las FARC en La Habana. Después de la desmovilización su liderazgo fue fundamental para controlar un conato de disidencia del Frente Ariel Aldana, que se concentró en zona veredal de Tumaco (Cauca) para hacer su tránsito a la vida civil.
En dicha zona veredal, Romaña lideró uno de los proyectos productivos más exitosos de la exguerrilla por medio del cual las desmovilizadas tropas habían logrado garantizar su sustento alimenticio sin necesidad de reincidir en actividades de narcotráfico o extorsión. Su buen desempeño era reconocido y citado como uno de los logros más importantes de la paz.
Sin embargo, desde agosto del año pasado Romaña dejó de reportarse con su esquema de seguridad, no asistió a varias audiencias ante la JEP y hoy su paradero es desconocido. En misivas a señalado que teme por su seguridad y que por eso no ha comparecido, pero se rumora que el exjefe guerrillero esté organizando un rearme de las antiguas estructuras que comandaba.
A finales de junio, la JEP pidió a diez entidades del Estado pruebas sobre las actividades de Romaña desde la firma del acuerdo y la información que se tenga sobre su paradero. Con base a esto abrió un informe de incumplimiento que podría derivar en la expedición de una orden de captura en su contra.