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El crudo informe sobre Venezuela, presentado por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha generado un profundo impacto en los dirigentes de la dictadura chavista.
El caso mas notorio es el de Carmen Zuleta Merchán, una de las magistradas designadas por el régimen en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que queriendo arremeter contra el informe de Bachelet, se expresó de la peor forma posible contras las presas venezolanas que son forzadas a cambiar sexo por comida en las cárceles, calificándolas de «pu+@as».
Merchán se refirió a los casos señalados por Bachelet en su informe, como por ejemplo los del centro de detención del Helicoide, donde algunas mujeres víctimas han denunciado que los guardias ejercían presión sobre ellas para «el intercambio de sexo por ‘privilegios’ y/o protección».
Es preciso señalar que el informe se ha basado en más medio millar de entrevistas con víctimas, testigos, miembros de las fuerzas de seguridad y del Estado, así como profesionales de distintas áreas relacionadas con los derechos humanos.
Las respuestas contra las indignantes palabras de la representante del tribunal chavista no se hicieron esperar en las redes.
Pero un tuit en particular, sin necesidad de utilizar palabras malsonantes, describió perfectamente el trabajo que realiza la empleada de Maduro.
En general, al régimen de Maduro le ha caído muy mal el informe del equipo de Bachelet. El canciller de Maduro, Jorge Arreaza, también manifestó que «el informe presenta una visión selectiva y abiertamente parcializada sobre la verdadera situación de derechos humanos de la República Bolivariana de Venezuela».
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