Si todos los barcos mercantes que navegan por el planeta fueran reunidos en un solo lugar, la mayoría luciría en lo alto de un mástil una bandera de Panamá.
Al mismo tiempo, la mayoría de las embarcaciones sería propiedad de un individuo o empresa de Grecia.
Y es que para las navieras es muy común registrar y obtener una bandera para sus buques en países diferentes a los del dueño.
La captura del buque cisterna Stena Impero que realizó Irán la semana pasada, una escalada más en las tensiones geopolíticas del estrecho de Ormuz, es una muestra de ello.
El petrolero tenía la bandera de Reino Unido. Sin embargo es propiedad de una compañía de Suecia, y a bordo no viajaba ningún ciudadano británico.
Panamá a la cabeza
Cada barco mercante debe registrarse en un país, el cual es conocido como el Estado bandera.
Bajo el sistema de registro abierto, las «banderas de conveniencia», como se las conoce a veces, pueden ser desplegadas por cualquier embarcación sin importar la nacionalidad de los propietarios.
«Borraron pueblos enteros»: la historia poco conocida de la construcción del Canal de Panamá. No obstante, también existen otros sistemas de marcado que tienen reglas más estrictas sobre quién puede poseer y operar estos buques.
Panamá, Islas Marshall y Liberia son los principales Estados bandera.
¿Por qué elegir una bandera extranjera?
Los dueños de buques eligen un Estado bandera considerando diversos motivos comerciales.
Estos incluyen regulaciones, impuestos y la calidad del servicio brindado, dice el experto en seguridad marítima Ioannis Chapsos.
Señala que Grecia es el mayor poseedor de barcos del mundo.
Muchas de sus naves no tienen bandera griega, ello debido principalmente a que los administradores tendrían que pagar más impuestos.
Ante esto, los Estados bandera -a menudo países con problemas económicos- ganan dinero.
Con el registro de buques en Panamá, por ejemplo, el país centroamericano se hace con decenas de millones de dólares para la economía del país.
El sistema permite la contratación de tripulantesde cualquier parte del mundo, lo que permite reducir los costos.
Este sistema de «banderas de conveniencia» ha sido criticado debido a que posibilita una regulación más flexible e incluso el incumplimiento de las normas marítimas internacionales.
Pero en general se considera que las prácticas de navegación han mejorado significativamente en las últimas tres décadas.
Simon Bennett, de la Cámara Naviera Internacional, dice que los propietarios tienden a elegir registros con un Estado bandera basados en la reputación de estos.
El sistema, sin embargo, todavía enfrenta críticas.
De acuerdo con la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte, el registro bajo una bandera extranjera hace que sea más difícil responsabilizar a los propietarios por disputas salariales o condiciones de trabajo.
¿Quién es responsable entonces?
Después de firmar con una bandera, las leyes de ese país se aplican al barco y cada país es responsable de los barcos que usan su bandera.
Esto incluye garantizar que los barcos cumplan con las normas internacionales principales, a través de la inspección y certificación de buques, dice la Organización Marítima Internacional (OMI), la agencia naviera de la ONU.
Los países de la bandera se suscriben a los tratados marítimos internacionales y son responsables de hacerlos cumplir, con las normas establecidas por la OMI en lo que respecta a la construcción, diseño, equipamiento y dotación de los buques.
Según la Convención de Naciones Unidas para el Derecho del Mar, los Estados bandera deben tomar medidas para garantizar la seguridad en el mar.
Es común que un registro de bandera se administre en un país diferente.
Con Liberia, por ejemplo, es administrada por una compañía estadounidense con sede en Washington D.C.El registro de Mongolia, país que no tiene salida al mar, tiene su sede en Singapur.
La geografía inusual del sistema de registro puede plantear desafíos de seguridad.
No es realista que un Estado bandera proporcione seguridad a todos los buques que tiene bajo su registro, dice Chapsos, aunque los buques son esencialmente una extensión de ese Estado.
Y es aún más difícil para un país con muchos menos recursos.