Hasta ahora se creía que la única conexión entre Joaquín «El Chapo» Guzman Loera y el multimillonario Jeffrey Epstein era la prisión de Nueva York, sin embargo también compartían a una visitante.
Se trata de Mariel Colón, quien forma parte del equipo de abogados de ambos, acudía todos los días al Centro Correccional Metropolitano a “pasar tiempo” con sus clientes, “sacarlos de la rutina”, aunque no lo hizo en el mismo período, sino después de que Guzmán Loera fuera trasladado a la Supermax de Colorado.
Un artículo de la revista New York reveló que Guzmán Loera pidio a su abogado responsable de de la apelación de su caso, Marc Fernich, que Colón participara activamente en el proceso, para lo cual visitaron al líder del Cártel de Sinaloa en la prisión conocida como el Alcatraz de las Rocosas.
Un profesora de la Facultad de Derecho Maurice A. Deane de Hosftra contó que su exalumna era buena “construyendo relaciones”.
“Era particularmente buena en la construcción de relaciones con sus clientes y en ser accesible para ellos”, dijo Elizabeth M. Nevins. “Su capacidad para construir relaciones incluso se extendió a testigos adversos”. Además la describió como una abogada sin miedo.
La primera vez que Colón vio a Guzmán Loera, el abogado que la presentaría con él olvidó su identificación en el auto, por lo que ella debió ingresar sola, se presentó y conversó con él durante tres horas sobre diversos temas: sus antecedentes, política (le preguntó sobre el presidente Donald Trump y el alcalde de Bill de Blasio) y las próximas elecciones en México.
“Es una persona muy agradable”, dijo Colón. “Fue como un clic. Este debe ser mi trabajo. Me sentí muy cómoda”.
Luego de que Guzmán Loera fuera trasladado, Colón volvió a esa prisión, pero a ver a otro cliente, a Jeffrey Epstein, acusado de tráfico sexual de menores.
Tres días antes de que Epstein se suicidara, Colón lo visitó y fue testigo de su testamento. La gente no dejó de enviarle mensajes en su cuenta en Facebook: “¿Cómo duermes por la noche?”
“Duermo con la conciencia tranquila”, afirma. “Si tienes un dilema moral con eso, entonces esta profesión no es para ti. Es fácil perder esa perspectiva humana en esta profesión”.