La mujer que fue parte de uno de los asesinatos más crueles y mediáticos en Argentina fue detenida esta semana en la localidad de González Catán por ser parte de un secta que llevó a cabo un cruento ritual satánico: torturaron, violaron, degollaron y descuartizaron a Ignacio ‘Ramoncito’ González, un niño de 12 años. Así lo afirmaron medios argentinos.
En un primer juicio Patricia Mabel López había sido absuelta, luego fue condenada a cadena perpetua por la cámara de casación y ratificada por el supremo tribunal.
La mujer se fugó de la justicia mientras se esperaba la resolución de la pena definitiva y se había convertido en la delincuente más buscada del país.
Siete años después fue localizada gracias a un dispositivo de vigilancia, y fue arrestada cuando salió a hacer la compra en González Catán.
En octubre de 2006, López había sido partícipe junto a otras nueve personas del ritual kimbanda (un rito satánico afrobrasileño) en el que torturaron, violaron, degollaron y descuartizaron al niño.
«Después de horas de torturas que incluyeron oraciones, quemaduras con cigarrillos y cortes, los que participaban en la ceremonia comenzaron a tomar vino en copas a las que les agregaban un líquido rojizo con una jeringa, y mientras bebían uno comenzó a aullar y los demás lo siguieron, bailando alrededor del chico, del que abusaron varias veces para después golpearlo», dicta la declaración de una adolescente a la que obligaron a presenciar el asesinato.
Tras acabar con su vida, los integrantes se tomaron de las manos, manchadas con la sangre del pequeño, y comenzaron a comunicar las próximas víctimas de la ceremonia. Las otras nueve personas presentes en el rito también fueron condenadas a cadena perpetua.