El #MeeToo no se detiene y cada vez son más las presuntas víctimas que amenazan a los actores de Hollywood que intenten sacar ventaja de su posición de poder.
A James Franco le ha caido una una denuncia, y no de una sino de dos mujeres que fueron alumnas de clases de interpretación del actor y lo acusaron de haberse aprovechado sexualmente de ellas.
La demanda, a la que tuvieron acceso medios de comunicación estadounidenses, fue presentada este jueves 3 de octubre en un juzgado de Los Ángeles por Sarah Tither-Kaplan y Toni Gaal.
Tither-Kaplan fue una de las cinco mujeres que señalaron al actor por presunto comportamiento sexual indebido en un artículo publicado en enero de 2018 por el diario Los Angeles Times.
La denuncia asegura que James Franco y sus socios en la escuela Studio 4 “desarrollaron un extendido comportamiento inapropiado y sexualmente cargado hacia las estudiantes sexualizando su poder de profesor a empleado, incentivándoles con oportunidades de papeles en sus proyectos”.
Siempre, según las demandantes, estas acciones llevaron “a un ambiente de acoso y explotación sexual tanto dentro como fuera de las clases”.
Las dos mujeres se inscribieron en Studio 4 en 2014 y aseguraron que las clases incluían lecciones sobre escenas sexuales que consistían en “simulaciones de actos sexuales que iban mucho más allá de los estándares de la industria”.
Tither-Kaplan, como ya había declarado en el artículo de Los Angeles Times, especificó en la demanda el presunto rodaje de una orgía en la que Franco simulaba practicar sexo oral a las mujeres.
Sin embargo, según el relato de la acusación, Franco quitó las protecciones de plástico que cubrían las vaginas de las mujeres antes de simular el sexo oral.
La demanda exige indemnizaciones para las afectadas y la devolución o destrucción de cualquier grabación que se hiciera en Studio 4.
La controversia en torno a Franco comenzó en los Globos de Oro de 2018, donde el actor se llevó el premio al mejor actor de una comedia por “The Disaster Artist” (2017) y en cuya alfombra roja desfiló con un pin de “Time’s Up”.
Durante la ceremonia, varias actrices cargaron en las redes sociales contra la supuesta hipocresía de James Franco por llevar una de esas insignias, ya que aseguraron que fue responsable de episodios de abuso sexual en el pasado.
Aquellos Globos de Oro fueron los primeros premios que se celebraron tras el impulso feminista contra las agresiones sexuales del movimiento #MeToo y prácticamente todos los asistentes vistieron de negro para mostrar su repulsa al machismo.
Pocos días después, Franco respondió a esas acusaciones en una entrevista con Stephen Colbert en el programa nocturno “The Late Show”.
“Las cosas que he oído que están en Twitter no son precisas, pero apoyo completamente que la gente salga y sea capaz de tener una voz porque no tuvieron una voz durante mucho tiempo (…) De la manera en que vivo mi vida, no puedo vivir si hay un resarcimiento pendiente (…) Si he hecho algo malo, lo arreglaré. Tengo que hacerlo”, dijo.
Al día siguiente se publicó el reportaje de Los Angeles Times que detallaba las acusaciones contra el actor, incluida la de la ahora demandante Tither-Kaplan.
Franco ha continuado trabajando en Hollywood desde entonces: la serie “The Deuce”, que encabeza junto a Maggie Gyllenhaal, está emitiendo ahora su tercera y última temporada en HBO; y la película “Zeroville”, que dirigió y protagonizó, se proyectó fuera de competición en la última edición del Festival de Cine de San Sebastián.
(Con información de EFE)