Fort Knox, la fortaleza militar que se encuentra en Kentucky, Estados Unidos, ha generado un sinfín de teorías conspirativas e historias no comprobadas debido a lo que presuntamente tiene en su interior y al hermetismo con el que ha funcionado.
Los antecedentes de Fort Knox se remontan a la Guerra Civil estadounidense, cuando sirvió como un puesto de avanzada militar desde finales del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial. Fue en 1918 cuando el gobierno decidió establecer en la zona una instalación de entrenamiento de artillería que medía 40.000 acres, nombrada Campamento de Henry Knox, en honor al primer Secretario de Guerra de Estados Unidos.
Después de la gran confrontación bélica, el número de tropas se redujo, y parte del campo pasó a ser bosque nacional. En 1931 fue convertida en Caballería Mecanizada y un año después su nombre se redujo a Fort Knox.
Desde su creación en 1918, se han recopilado certezas a cuentagotas acerca de su estructura, personal contratado, visitantes y uso.
La llegada del oro
En el periodo pacífico entre las dos guerras mundiales, el fuerte se convirtió en la bodega de la reserva de oro de Estados Unidos. Entre 1935 y 1937 se comenzó a construir la bóveda especial y recibió los primeros lingotes.
Tuvieron que ser llevados por el ahora Servicio Postal de Estados Unidos a través de un tren especial de nueve coches, tripulado por ametralladores y cargado de camiones del Ejército protegidos por una brigada de la Caballería de Estados Unidos.
Fort Knox: instrumento propagandístico
En 1941, durante el inicio de la Segunda Guerra Mundial, Fort Knox fue utilizada como parte de la Operación Sinsonte (Mockingbird), campaña secreta de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) para influir en los medios de comunicación a favor de Estados Unidos.
Las autoridades difundieron información sobre las actividades en la bóveda, porque creían que el oro era un símbolo de la fuerza que tenía el país.
Resguardo de documentos
En este periodo, la bóveda también sirvió para guardar documentos importantes de la guerra, como las versiones originales de la Carta de Derechos, la Declaración de Independencia y la Constitución, ya que temían que Estados Unidos fuera atacado. En 1944 los documentos volvieron a Washington DC.
Personal altamente calificado de Fort Knox
Las personas que resguardan Fort Knox son elegidos por la Casa de Moneda de Estados Unidos, por lo que tienen una amplia capacitación en manejo de armas, áreas de peligro, gestión de cobertura, contacto, seguridad e 360 grados, despeje de la sala, allanamiento de morada, entre otros.
Tropas militares del país entrenan en el sitio, y hasta 2010 los elementos de la Caballería Mecanizada pasaban tiempo en el lugar.
Cantidad de oro en la bóveda y su importancia
La Casa de Moneda de Estados Unidos se ha negado, a lo largo de la historia, a dar información precisa sobre la cantidad de lingotes de oro que resguardan. Se estima que 147,3 millones de onzas se hayan en el lugar.
Pero Estados Unidos salió del patrón de oro en 1971, por lo que la cantidad de oro albergada en Fort Knox carece de vital importancia, ya que no se relaciona su valor con el dólar del país. Por lo que el metal precioso es considerado, principalmente, como mercancía del Departamento de Tesoro, que puede comerciar con otros países.
La única auditoría
La única institución que ha podido realizar una auditoría a Fort Knox fue el Departamento del Tesoro en Estados Unidos en 1953, durante la administración de Eisenhower. Pero sólo se revisó 5% de la cantidad encontrada para certificar que el metal era puro.
La hermética entrada a Fort Knox
La bóveda de Fort Knox en donde se almacena el oro es casi impenetrable, pues es protegida por una puerta que pesa 22 toneladas y tiene 21 pulgadas de espesor. Está encapsulada en 16.000 pies cúbicos de granitos y 4.200 yardas cúbicas de cemento. Puede soportar armas, sopletes y otros dispositivos incendiarios.