La Unión Europea ha respondido finalmente a los constantes llamados que ha venido haciendo el gobierno de Donald Trump.
Por ello el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, manifestó que Europa se dispone a a crear una legislación para sancionar más rápidamente las violaciones graves de los derechos humanos alrededor del mundo.
La norma, indicó Borrell, se sancionará en el marco de la llamada “Ley Magnitsky” (Magnitsky act, en inglés), que prohíbe la entrada al país y congela activos en su suelo de individuos y entidades acusadas de violar los derechos humanos. En concreto, la norma describe a las acciones como “la contribución física, financiera o a través de otros actos de corrupción sistémica” que se encuadren dentro de la definición del crimen.
“Acordamos iniciar los trabajos preparatorios de un régimen de sanciones global para enfrentar las graves violaciones de los derechos humanos, que será el equivalente de la ‘Magnitsky Act’ de Estados Unidos”, anunció Borrell.
El flamante jefe de la diplomacia europea realizó estas declaraciones en rueda de prensa después de presidir su primera reunión de cancilleres del bloque en Bruselas, y precisó que presentarán una propuesta a “inicios de año”.
Al igual que en Estados Unidos, la ley estará bautirzada en honor a Sergei Magnitsky, un contador ruso que en 2008 fue encarcelado luego de denunciar una maniobra de corrupción en el gobierno destinada a apropiarse de una empresa extranjera y usarlos para quedarse con alrededor de USD 230 millones en concepto de reintegros impositivos. Ese dinero luego habría sido lavado a través de un banco escandinavo.
Magnitsky murió luego de pasar casi un año en prisión. Durante su cautiverio había denunciado las condiciones en las que se encontraba. Y de hecho, en agosto de este año la Corte Europea de Derechos Humanos determinó que, mediante las pobres condiciones de encierro, el estado ruso violó el derecho a la vida del contador. También indicó que la investigación oficial respecto de las condiciones alrededor de su muerte no eran claras.
Estados Unidos sancionó su “Magnitsky act” en 2012 bajo la presidencia de Barack Obama. Los primeros apuntados fueron los funcionarios rusos considerados responsables de causar la muerte del contador.