El Alto Representante de la diplomacia europea, Josep Borrell es presa de sus propias contradicciones en el tratamiento que pretende darle a la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela.
Este sábado la Unión Europea condenó el despojo de la inmunidad diplomática de cuatro diputados venezolanos por parte del régimen chavista, A través de un comunicado, la UE afirmó que “es una violación grave de las disposiciones constitucionales, el estado de derecho y el principio democrático de separación de poderes”.
“El 16 de diciembre, la Corte Suprema de Venezuela y la Asamblea Constituyente no reconocida despojaron a otros cuatro miembros de la Asamblea Nacional -Jorge Millán, Hernán Alemán, Carlos Lozano y Luis Stefanelli- de su inmunidad parlamentaria otorgada constitucionalmente. Esta decisión, que siguió a la solicitud de la Corte Suprema sobre la base de las acusaciones del Fiscal General, es una violación grave de las disposiciones constitucionales, el estado de derecho y el principio democrático de separación de poderes. Las acciones en curso contra los miembros de la Asamblea Nacional, incluidos el acoso, la intimidación y las detenciones arbitrarias, están obstaculizando el trabajo constitucional de la Asamblea Nacional”, señala el texto.
Sin embargo, hace un par de días Borrell mostraba su tibieza y justificó la inacción de la Unión Europea afirmando que «Si Maduro no se quiere marchar» es algo que «no se arregla con invocaciones a la divinidad», por lo que único que se atrevió añadir como fórmula fue: «tenemos un problema».
«Hay que ser realista, las cosas son como son. Casi un año después Guaidó sigue donde estaba y Maduro donde está. Si Maduro no se quiere marchar tenemos un problema, esto no se arregla con invocaciones a la divinidad«.
Pero es algo que se puede leer también en el comunicado, en el cual Borrell le hace una caricia al dictador al dejar claro que Europa busca una «solución pacífica» para así intentar ‘tranquilizar al monstruo’:
“La Unión Europea reitera que solo se puede lograr una solución pacífica y política si la Asamblea Nacional, el único órgano elegido democráticamente en Venezuela, se respeta plenamente y sus miembros pueden llevar a cabo sus prerrogativas constitucionales libremente”.
No se puede negar que el europarlamentario Hermann Tertsch tiene toda la razón cuando afirma acerca de la pasividad de Borrell que, «La UE se está hundiendo, hunde su credibilidad con una indolencia inmoral que es la que tenemos, esta pasividad, que nos hace cómplices a todos de esta tragedia”.