El jefe de Estado brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó hoy ante el Partido de los Trabajadores (PT) que está convencido de la victoria de su candidata Dilma Rousseff en las presidenciales de octubre, pero advirtió de que «no será fácil».
«No tengo ninguna duda de que podré irme tranquilo a beber agua de coco» cuando entregue el poder, el 1 de enero del 2011, porque «sé que Dilma gobernará este país con la mayor sabiduría», declaró Lula en una convención nacional del PT, convocada en Brasilia para ratificar a la ex ministra como abanderada presidencial del partido.
Lula recordó que, cuando faltan «tres meses y veinte días» para los comicios del 3 de octubre, el PT debe prepararse para entrar de lleno en la campaña y «sin pensar que ya se ganó, porque ninguna elección es fácil».
También advirtió al partido y a Rousseff de que se pueden topar con una campaña llena de denuncias, como las que la oposición ha formulado en las últimas semanas, referidas a supuestas maniobras del comando de la campaña oficialista para manchar la imagen del candidato socialdemócrata, José Serra.
«Esperamos que nuestros adversarios estén dispuestos a hacer una campaña de nivel elevado, para discutir ideas, y que no hagan ese juego rastrero de estar inventando denuncias todos los días», dijo el mandatario.
Lula hizo un repaso de los programas sociales que su Gobierno desarrolló desde el 2003 y aseguró que todos han tenido una activa participación de Rousseff, quien ocupó los cargos de ministra de Minas y Energía y de la Presidencia.
Valoró los planes que han permitido generar «14 millones y medio de empleos» en los últimos siete años y medio y afirmó que Rousseff representa «la garantía de continuidad que el país precisa».
También citó la boyante situación de la economía brasileña y se felicitó por el hecho de que «ahora Brasil le está prestando dinero al Fondo Monetario Internacional (FMI) y hasta a Grecia», país que está en el centro de la crisis que estalló en la zona del euro.
«Con los cambios que Brasil experimentó, con la democracia consolidada, con los más pobres pasando para la clase media, Dilma va a recibir el país que yo quería haber recibido», declaró.
Sonriente, vaticinó que «en estas elecciones el pueblo va a sentir algo en falta», porque «el nombre de Lula no estará en las cédulas electorales».
Recordó que fue candidato en las últimas cinco elecciones y que esta será la primera en la que no postulará a la presidencia, pues fue reelegido en 2006 y la Constitución le impide presentarse para un tercer mandato consecutivo.
«Para llenar ese vacío, me cambié el nombre por el de Dilma», dijo Lula, quien se dirigió luego directamente a la candidata para decirle: «Sé que vas a ganar estas elecciones, porque ya estás con cara de ser la primera mujer presidenta de la República».