Cuba celebrará mañana su «Día de la Rebeldía Nacional» con la expectativa de que lleguen las reformas económicas estructurales prometidas por el general Raúl Castro, que cumple cuatro años como presidente en un momento marcado por la reaparición pública de su hermano y antecesor Fidel.
Raúl Castro encabezará el lunes en la ciudad central de Santa Clara, a 270 kilómetros al este de La Habana, el 57 aniversario del fallido asalto al cuartel de Moncada, la fecha considerada como el inicio de la revolución cubana.
En ese acto participará el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, e incluso hay quienes esperan ver también allí a Fidel Castro, aunque ninguna fuente ni medio oficial ha informado o dado indicios de su presencia mañana en Santa Clara.
Como ha ocurrido desde 2006, cuando un enfermo Fidel Castro cedió el poder a su hermano Raúl, muchos esperan que el presidente cubano anuncie -y concrete- la agilización de reformas de peso para aliviar la aguda crisis económica que padece la isla.
«Hay que producir más, no basta con gritar ‘patria o muerte, abajo el imperialismo’, fue el mensaje del general Castro en la conmemoración del 26 de julio de hace un año sin que desde entonces se hayan dado pasos sustanciales para ganar la «batalla económica» a una crisis que Cuba arrastra desde el hundimiento del campo soviético en la década de los 90, denominada oficialmente «Período Especial».
La mayor de las Antillas, con una aguda falta de liquidez, sigue importando cerca del 80 por ciento de los alimentos que se consumen en la isla, a pesar de las continuas llamadas del Gobierno y los medios oficiales (todos) a aumentar la producción y la eficiencia para sustituir las importaciones.
Este año incluso se confirmó el desplome del sector azucarero, uno de los productos emblemáticos de la economía cubana: hace pocos meses Granma, portavoz del gobernante Partido Comunista, aseguró que la de 2010 ha sido la peor zafra en más de cien años.
En los últimos doce meses, Raúl Castro ha insistido en que la «actualización» económica de Cuba conllevará «sacrificios» y concretamente advirtió de que sobran más de un millón de trabajadores en las plantillas estatales.
Otro mensaje repetido es la lucha contra la corrupción que este año ha llevado a que se hiciera una macroauditoría en el 20 por ciento de las empresas de todos los sectores económicos, productivos y de servicios del país.
Sin embargo, el propio Raúl Castro criticó el pasado mes de abril a los «compañeros» que se «desesperan» pidiendo «cambios inmediatos», sin tener en cuenta los muchos asuntos que él tiene por delante para asegurar un futuro a la revolución.
A la expectativa de que Raúl Castro anuncie reformas de calado se suma un elemento con el que casi nadie contaba hace cuatro años: la reaparición del ex presidente Fidel Castro.
Su vuelta coincidió con el anuncio de liberación gradual de 52 presos políticos, una decisión adoptada por Raúl Castro dentro del diálogo que ha entablado con la Iglesia Católica y que ha recibido el respaldo del Gobierno de España.
El retorno de Fidel ha sorprendido y desconcertado a propios y extraños hasta el punto de que analistas consultados por Efe califican de «impredecible» el escenario que abre su vuelta a la escena cubana, máxime tras verle este fin de semana vestido de nuevo con su histórica camisa verde olivo en un acto de homenaje previo al 26 de julio.
Para animar aún más el panorama, el «Día de la Rebeldía Nacional» de Cuba contará con la presencia del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en medio de la nueva crisis desatada esta semana entre su país y Colombia.
Chávez ha anunciado que también firmará acuerdos económicos bilaterales en la isla y ha adelantado, según la agencia cubana Prensa Latina, que Raúl Castro le ha pedido ser uno de los oradores del acto central del 26 de julio.
En esa fecha, en el año 1953, Fidel Castro, entonces un joven abogado, encabezó una fallida acción armada contra el dictador Fulgencio Batista con el asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, dando inicio al proceso que concluyó el 1 de enero de 1959 con el triunfo de la revolución y su ascenso al poder.