La desazón se apoderó este sábado de las autoridades y de los familiares de los 33 mineros atrapados en la mina San José, en el norte de Chile, después de que un derrumbe obligara a los equipos de rescate a retroceder cuando estaban a unos metros de alcanzar su objetivo.
«Las probabilidades ahora son más escasas, vamos a buscar los otros caminos, que son los más difíciles», anunció con un megáfono en la mano a los familiares de los trabajadores atrapados el ministro de Minería, Laurence Golborne.
El derrumbe ocurrido en la tarde de este sábado impedirá a los socorristas descender por la chimenea de ventilación, por lo que los técnicos tendrán que buscar una nueva vía para entrar mientras el oxígeno se agota rápidamente para los obreros atrapados.
Las autoridades y directivos de la empresa, en una improvisada rueda de prensa en la mina, confirmaron la suspensión de las labores de rescate, en tanto que los especialistas analizan la posibilidad de adentrarse en el yacimiento por otras rutas.
El nuevo accidente se produjo cuando los socorristas se encontraban en el interior del cerro donde se encuentra la mina, a 240 metros a nivel del mar.
Los técnicos admitieron que a medida que avanza el tiempo se complican las posibilidades de hallar con vida a los mineros, aunque tampoco hay certeza de que hayan sobrevivido al accidente, ocurrido a primera hora de la tarde del pasado jueves.
De hecho, el propio ministro de Minería aseguró que los socorristas, que tuvieron que escapar rápidamente del lugar para ponerse a salvo, «no lograron tener contacto» con los mineros atrapados.
Las palabras del ministro Golborne causaron angustia en los familiares de los mineros atrapados, quienes irrumpieron en llantos, mientras uno de ellos increpaba a la autoridad.
«Ése era el único camino que había. Y usted dice que ahora van a buscar otro camino. ¡Diga la verdad!», le espetó al ministro una de las personas que lleva dos días esperando en las inmediaciones del yacimiento San José, propiedad de la empresa Minera San Esteban.
Visiblemente emocionado, Golborne advirtió: «Quiero ser muy cauteloso y no sembrar ni esperanzas ni falta de esperanzas en esta materia».
Tras el segundo derrumbe y por primera vez desde que ocurrió el accidente en el yacimiento San José, que produce cobre y oro, una comisión de mineros fue recibida por la autoridad, para aprovechar su experiencia y conocimiento del terreno.
Incluso, varios compañeros de los accidentados se han presentado como voluntarios para relevar a los socorristas y adentrarse en el interior de la mina, pero las autoridades han dejado claro que no se pondrán en marcha labores de socorro «que no sean seguras».
Los socorristas insisten en que la mina, que empezó a operar a finales del siglo XIX, tiene numerosos ductos y chimeneas de ventilación que pueden ser utilizados como alternativa para acceder al lugar donde supuestamente están atrapados los mineros, que según el ultimo balance oficial suman 33.
En tanto, en las próximas horas está prevista la llegada al lugar del presidente chileno, Sebastián Piñera, quien adelantó su regreso desde Bogotá, a donde había llegado para asistir a la asunción del nuevo presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.
Tras hacer escala en Guayaquil (Ecuador), Piñera llegará al filo de la medianoche del sábado (04.00 GMT del domingo) a la ciudad de Copiapó, en la región de Atacama, para acompañar a los familiares de los mineros «que han vivido horas de mucha angustia y de mucha desesperación.
En una escala técnica en Guayaquil, Piñera aclaró a los periodistas chilenos que los mineros atrapados sumaban 33, ya que uno de los hombres que aparecía en el listado fue ubicado en la superficie «sano y salvo».
El obispo de la ciudad de Copiapó, Gaspar Quintana, afirmó hoy que el accidente en el yacimiento San José «es un llamado de atención para todos».
El derrumbe ha provocado «un dolor que afecta a todo el país», señaló el prelado, quien lamentó que un hecho de esta naturaleza se vuelva a repetir en esta región, situada a más de 800 kilómetros al norte de Santiago.
En un oficio religioso realizado en el lugar aledaño del accidente, el obispo manifestó su solidaridad con las familias de los mineros y lamentó que justo en el Mes de la Minería «esté ocurriendo esta tragedia».
Familiares de los mineros atrapados dijeron a Efe que el yacimiento San José «estaba en muy mal estado».
«Esta mina es muy peligrosa, después de todo lo que ha sucedido, hay que cerrarla», dijo Guadalupe Alfaro, madre de un obrero de 26 años que se encuentra entre los 33 mineros atrapados.
Además, todos los familiares de los trabajadores atrapados coinciden al denunciar a Efe las precarias medidas de seguridad y el mal estado del yacimiento.