El presidente de EE.UU., Barack Obama, firmó hoy una ley dotada con 600 millones de dólares para aumentar la vigilancia fronteriza con más agentes y aviones no tripulados, una medida con la que además pretende «reforzar» los lazos con México.
La ley, firmada en el Despacho Oval junto a la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, fue aprobada el jueves en el Senado en un paréntesis de su receso legislativo de agosto, y financiará la contratación de 1.000 agentes adicionales de la Patrulla Fronteriza.
Además, empleará a 250 nuevos funcionarios de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por su sigla en inglés) y a otros 250 del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP), y destinará fondos a mejorar los equipos de comunicación.
«Esta nueva ley reforzará nuestra alianza con México a la hora de combatir las bandas y organizaciones criminales que operan en ambos lados de nuestra frontera compartida», dijo Obama poco después de aprobarse la ley en la cámara alta, el jueves.
El presidente, que hoy no hizo nuevas declaraciones, añadió que el aumento de la seguridad en la frontera marcará una «importante diferencia» en su esfuerzo para impulsar una reforma migratoria integral bipartidista en el Congreso, «para asegurar nuestras fronteras y tomar responsabilidad sobre nuestro sistema migratorio roto».
Por su parte, la secretaria de Seguridad Nacional dijo hoy en una conferencia de prensa en la Casa Blanca que la ley es «la culminación de los esfuerzos que la administración ha centrado en la frontera» desde marzo de 2009, y destacó el apoyo bipartidista a la medida en el Congreso.
«La frontera no es y no debe ser un asunto político. Es un problema de seguridad nacional», señaló Napolitano, que aseguró que el número de cruces ilegales «ha disminuido drásticamente en los últimos años».
La secretaria, que fue gobernadora del estado fronterizo de Arizona, se mostró confiada en que el consenso que ambos partidos han mostrado con esta ley sea un primer paso para reabrir el debate sobre una reforma migratoria.
«Necesitamos lograr una frontera cada vez más segura, pero como nación también necesitamos una reforma migratoria», afirmó.
Napolitano calculó que el despliegue de los nuevos agentes previstos en la ley llevará alrededor de 8 meses.
Los fondos para la ley se sufragarán a través de nuevas tarifas a las empresas que reclutan extranjeros cualificados, entre ellos los beneficiarios del visado H-1B para profesionales.
La asignación de 600 millones de dólares de la ley incluye 176 millones para los nuevos agentes de la Patrulla Fronteriza, 89 para aumentar los efectivos del ICE y la CBP, y 32 para la adquisición y operación de aviones no tripulados que vigilarán la frontera.
Otros 14 millones de dólares se dedicarán a adquirir nuevos equipos de comunicaciones, y 6 millones permitirán crear dos nuevas bases operativas, según precisó hoy Napolitano.
Un tercio de los fondos, 196 millones de dólares, se repartirán entre el Departamento de Justicia, que incrementará su personal de alguaciles federales, a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), la Dirección de Control de Drogas y la Administración de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego.