La ciudadana estadounidense Lori Berenson «se puso a derecho» y ya se encuentra en manos de la Policía judicial de Perú, después de que hoy la Justicia de este país anulara su libertad condicional, dijo su abogado y ex esposo, Aníbal Apari.
«Ya está en manos de la Policía», dijo Apari a los periodistas después de salir de la embajada de Estados Unidos en Perú, aunque no quedó claro si Berenson fue detenida o se entregó en esa sede diplomática o en algún otro lugar.
La Sala Penal Nacional de Perú, que ve delitos de terrorismo, revocó hoy la libertad condicional otorgada a Berenson el pasado mayo y ordenó su inmediata captura e internamiento en un centro penitenciario.
Esta mañana, dos agentes de la policía judicial acudieron a la casa que ocupa Berenson en el distrito limeño de Miraflores y, al salir del lugar, dijeron que no estaba allí.
Según Radio Programas de Perú (RPP), Berenson había acudido a la embajada de su país en Lima para solicitar asilo, pero su defensa no quiso comentar si la ciudadana estadounidense acudió a esa sede diplomática.
Apari también manifestó que desconoce adónde será conducida Berenson, tras enfatizar que ella «no se ha fugado del país y se ha puesto a derecho cumpliendo con la norma, aún estando en desacuerdo con el fallo».
La decisión de la jueza Jessica León de otorgar libertad condicional a Berenson, por considerar que cumplió con más de tres cuartas partes de su condena a 20 años de prisión por sus vínculos con el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), causó mucha polémica en Perú.
Por eso, la procuraduría contra el terrorismo pidió que se revocara esta decisión, solicitud que fue evaluada el lunes pasado en la Sala Penal Nacional.
Ese día, Berenson pidió perdón públicamente por haber colaborado con el MRTA en un intento de toma del Congreso peruano en 1995.
La decisión de anular la libertad condicional a Berenson, quien tuvo un hijo de Apari en prisión, es «autónoma, soberana y se respeta», declaró hoy el presidente del Consejo de Ministros, Javier Velásquez Quesquén.
El MRTA, junto a Sendero Luminoso, tuvo en jaque al país durante los años noventa, y mientras que Sendero aún cuenta con algunos grupúsculos aún activos en valles cocaleros selváticos, el MRTA abandonó por completo la lucha armada.
