El opositor Eduardo Díaz Fleitas, detenido durante la Primavera Negra de 2003, ha podido regresar este viernes a su casa en la provincia de Pinar del Río (oeste de Cuba), donde a partir de ahora vivirá con su familia y trabajará a favor de una amnistía para «todos» los presos que han sido encarcelados «injustamente», especialmente, aquellos que han sido condenados por motivos políticos.
«Me quedaré en Cuba porque aquí es donde me toca seguir luchando», ha expresado el disidente, miembro del Movimiento 5 de Agosto, en declaraciones telefónicas a Europa Press.
Díaz Fleitas, sentenciado a 21 años de prisión, formaba parte del grupo de once disidentes de la Primavera Negra que no habían sido excarcelados porque no aceptaron la propuesta de viajar a España a cambio de su liberación, como lo hicieron otros 40 opositores.
El activista se enteró la noche del jueves de su excarcelación por una llamada del arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega. «Lo que me dijo fue: ‘usted será puesto en libertad ya’ y eso me sorprendió», ha aseverado. A las 11.00 horas (18.00 horas en la España peninsular) de este viernes funcionarios de la penitenciaría lo trasladaron hasta su vivienda, donde fue recibido «con mucho júbilo» por amigos y familiares.
Apenas dos horas después de haber recibido la licencia extrapenal, Díaz Fleitas hablaba de sus planes en Cuba. «Seguiré con mi trabajo a favor de los Derechos Humanos y de una democracia genuina y auténtica porque siempre lo he hecho y así lo haré, no abandonaré esa lucha que me ha caracterizado», ha expresado.
Días Fleitas confiesa que la «horrible» experiencia dentro de la isla le hizo ver que hay «muchas personas que están en prisión siendo inocentes», al referirse tanto a los prisioneros políticos como aquellos que han «hecho cosas como robarse una bicicleta» y que, por ese motivo, «les han condenado a cinco, diez o quince años».
Durante sus casi ocho años de presidio, el opositor conoció gente con «problemas mentales» que habían sido sentenciadas a pagar penas de varios años y «están siendo tratadas injustamente». «Es una situación horrorosa tener que estar en una cárcel en Cuba», ha expresado.
«La autoagresión se ha convertido en una práctica normal de los presos para llamar la atención, lo hacen para que les escuchen, les consideren, algunos pasan años mostrando buena conducta y no les rebajan las penas», ha lamentado.
Sin embargo, Díaz Fleitas ha dejado claro que su trabajo será «pacífico» pues ha asegurado que no tienen «nada en contra del Gobierno» de Castro, «sino a favor de los cubanos, de los Derechos Humanos y de la democracia», aunque considera que para que se produzcan «cambios reales» en la isla «no pueden seguir gobernando los mismos».
Antes de abandonar la cárcel, el disidente ha sido «despojado de casi todas» sus pertenencias, como varios escritos y poesías que serán «sometidos a un examen minucioso» por parte de las autoridades carcelarias. «Me dijeron que después podía reclamarlo y si ellos lo consideraban me lo devolvían, pareciera que esas cosas les afecta a ellos y no quieren que las tengas», ha señalado.
Díaz Fleitas era uno de los prisioneros de conciencia que presentaba peor cuadro de salud. Según ha comentado, padece de artritis crónica, úlcera y problemas de tensión, entre otras dolencias, que no pudieron ser tratadas debidamente «porque en la cárcel la situación es caótica en cuanto a los enfermos porque no hay cosas para curarse».
Asimismo, el conocido opositor ha agradecido al «hermano pueblo de España» y al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero porque «su mediación ha sido fundamental» para la excarcelación de los prisioneros del Grupo de los 75. «Su labor ha sido meritoria y yo les felicito», ha manifestado.
Eduardo Díaz Fleitas formaba parte del grupo de 52 presos de la Primavera Negra que Castro se comprometió a liberar el pasado 7 de julio, tras un acuerdo histórico que contó con la mediación del Arzobispado de La Habana y el Gobierno de España. Un total de 40 disidentes se trasladaron a España, desde donde tres de ellos se han dirigido a Chile y Estados Unidos.
Hasta ahora, las autoridades castristas solo habían autorizado la liberación en la isla de Arnaldo Ramos Lauzerique y Guido Sigler Amaya, quienes desde un comienzo se negaron a mudarse a Europa.
Todavía falta por excarcelar a nueve opositores. La Iglesia Católica ha anunciado la última semana la liberación de Angel Moya y Héctor Maseda, quienes también tienen previsto quedarse en Cuba.