Humala hasta ha tendido la mano al influyente arzobispo de Lima, miembro del Opus Dei, Luis Cipriani, para evitar sus críticas
El nacionalista Ollanta Humala y el ex ministro Pablo Kuczynski son los dos candidatos que se enfrentarán en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales peruanas, tras obtener un 27,62 por ciento y un 23,11 por ciento de los votos en la primera vuelta, respectivamente, según el balance oficial divulgado por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) con el 50,53 por ciento de las papeletas escrutadas.
En tercer lugar, se sitúa Keiko Fujimori, hija del ex presidente Alberto Fujimori, con un 21,95 por ciento que le deja fuera de la carrera presidencial, pese a que los sondeos a pie de urna apuntaban a que sería la rival de Humala en la segunda ronda de votaciones.
A continuación, se encuentran el ex presidente Alejandro Toledo y el ex alcalde de Lima Luis Castañeda con un 15,1 y un 11,4 por ciento de las papeletas, respectivamente, por lo que también quedan fuera de la pugna electoral, según informa la agencia de noticias ANDINA.
UN RÀPIDO ANALISIS
Los resultados revelan varias cuestiones a tener en cuenta. La victoria de Humala en el sur de país y en pobre zona andina era previsible.
Sin embargo, el aspirante nacionalista no solo ha ganado, sino que ha arrasado en algunas regiones con más del 50% de los votos. Notable es también el resultado en Lima, donde Humala obtiene el segundo puesto, un resultado mucho más favorable que en los comicios de 2006.
En la capital triunfó PPK, arrebatando a Toledo el voto de la clase media y alta. El resultado en Arequipa también es interesante.
Gana Humala y le sigue Kuczynski. La región representa muy bien la polarización social peruana: la ciudad es la segunda del país desde el punto de vista económico y las áreas rurales se cuentan entre las más pobres.
El fujimorismo logra el voto más disperso pero más homogéneo del país, aunque destaca en Pisco, la región devastada por el terremoto de 2007, donde el movimiento prometió dar prioridad a una reconstrucción que nunca llegó.
