Para la diplomacia estadounidense no hay duda: el derrocamiento de Lucio Gutiérrez fue un golpe de Estado
Para la diplomacia estadounidense no hay duda: el derrocamiento de Lucio Gutiérrez fue un golpe de Estado. En el cable 31248, del 21 de abril, el Departamento de Estado recibió un cable en el que la embajadora Kristie Kenney decía que Gutiérrez ni siquiera presentó su renuncia a la Presidencia.
«La renuncia del ex presidente Lucio Gutiérrez fue de facto, después de haber sido forzado a abandonar el Palacio Presidencial la tarde del 20 de abril, debido a las protestas en gran escala y el retiro del apoyo militar. Gutiérrez no preparó ni presentó una renuncia escrita formal, ya que fue forzado a dejar el Palacio de Gobierno, vía helicóptero, desde el techo, y con gran apuro.
Gutiérrez, quien ahora es buscado para ser arrestado, no ha hecho declaraciones por televisión o públicas, ni ha hecho apariciones públicas desde que abandonara el palacio. El ex secretario presidencial Carlos Pólit dijo a la Embajada el 21 de abril que no era muy posible que el Presidente presentara una carta de renuncia», dice el relato de lo acontecido aquel día.
Más adelante, en el cable 31249, la misma Embajadora decía lo siguiente: «Las opiniones difieren aquí en cuanto a si la dimisión del ex presidente Gutiérrez fue constitucional o no. Está en juego si la Ley suprema de Ecuador requiere dos tercios o simple mayoría para destituir al Jefe del Ejecutivo por ‘abandono del cargo’. Con pocos demandando, la reinstalación de Gutiérrez y por la reciente historia de cambios de presidentes en Ecuador, al borde de los límites legales, el asunto parece más retórico-académico que relevante».
En otro cable del mismo 21 de abril, la Embajadora decía esto: «Muchos ecuatorianos consideran a Alfredo Palacio un presidente interino y están demandando que convoque a elecciones anticipadas. La Constitución no contempla este paso, sin embargo. Reformar la ley suprema del Ecuador requiere de dos tercios de la mayoría del Congreso o un referendo exitoso. Sin embargo, si Palacio quiere elecciones tempranas, apostaríamos que las consigue».
Hay que mencionar que durante estos días, la Embajada enviaba abundantes cables a Washington y en ocasiones hasta más de uno.
Esta actividad febril de la Embajada se traduce en una serie de comentarios y narraciones muy pequeñas que muchas veces no tenían más de un párrafo.
En otro cable, el 31348, la embajadora Kenney relataba la preocupación que tenía en los días posteriores al Golpe, el Gobierno de Palacio por ser reconocido por la comunidad internacional.
‘Soy la última esperanza del país’
En el cable 31231, del 21 de abril, la Embajada de los EE.UU. enviaba al Departamento de Estado el siguiente relato de los hechos: «Las lluvias providenciales enfriaron la temperatura de las protestas y las calles de Quito se despejaron en la tarde del 20 de abril, pero se esperan nuevas protestas enfocadas al Congreso el 21 de abril.
«La Cruz Roja Ecuatoriana reporta dos muertos y más de 300 heridos (principalmente por gas lacrimógeno) desde que las protestas masivas comenzaron hace una semana. Los medios informan que el presidente Lucio Gutiérrez se ha refugiado en la residencia del Embajador de Brasil, y que Brasilia pronto le otorgará asilo político. La Policía continúa su búsqueda de oficiales de la administración anterior y del líder del PRE, Abdalá Bucaram.
Con la ayuda de la Policía y las Fuerzas Armadas, el presidente Alfredo Palacio, a las 19: 00, salió del sitio alternativo de la sesión del Congreso y fue al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas en el sur de Quito, en donde realizó su primera conferencia de prensa. Resaltó su intención de fomentar la ‘democracia directa’, en Ecuador, gobernar constitucionalmente y no disolver el Congreso o llamar a elecciones inmediatas, (aunque buscará la opinión pública sobre el tiempo para nuevas votaciones). ‘Yo soy la última esperanza del Ecuador’, dijo».