Su madre admiraba a Grace Kelly y quería que su hija se llamase como la princesa de Mónaco, pero acabó registrada como Gleisi, por un error de pronunciación
La senadora Gleisi Hoffmann, quien en su juventud quiso ser monja y asumió los principios del comunismo, ha sido nombrada ministra de la Presidencia de Brasil, en lugar de Antonio Palocci, quien dimitió acosado por sospechas de corrupción.
«Gleisi Hoffmann es otra mujer en el gabinete de la primera mujer que dirige Brasil», afirmó la presidenta Dilma Rousseff al poner en funciones a la ministra, que será una virtual jefa de gabinete, como era Palocci hasta que debió dimitir en medio de sospechas sobre la legalidad de actividades privadas que desarrolló entre el 2006 y el 2010.
Abogada de 45 años y especializada en Administración Financiera, Hoffmann está casada con el actual ministro de Comunicaciones, Paulo Bernardo Silva, lo cual supone un caso inédito para Brasil, que por primera vez tendrá a un matrimonio en el mismo gabinete ministerial.
La nueva ministra es considerada una eficiente gerente, tal como pasaba con la propia Rousseff cuando en el 2003 pasó a integrar el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
Tras la presidenta
Rousseff fue primero titular de Minas y Energía y fue nombrada luego ministra de la Presidencia, puesto que le valió como trampolín para la candidatura presidencial del Partido de los Trabajadores (PT) y su victoria electoral del año pasado.
Después de la actual jefa de Estado, Hoffmann es la segunda mujer en ocupar un cargo que está entre los más influyentes y desde el que se controlan todos los resortes del poder político.
No obstante, la nueva ministra aclaró que Rousseff pretende darle a ese puesto una función más técnica y convertirlo en una suerte de coordinación de todos los planes de Gobierno.
Hoffmann tiene antecedentes que la avalan para una función de esa naturaleza: ha sido secretaria de Estado en el Gobierno regional de Mato Grosso do Sul, secretaria de Gestión Pública de la Alcaldía de Londrina, directora financiera de la represa binacional de Itaipú y asesora del grupo parlamentario del PT para asuntos financieros.
Primera experiencia electoral
En el 2006 tuvo su primera experiencia electoral, cuando postuló para un escaño en el Senado por el PT y perdió. Dos años después fue candidata a alcaldesa de su natal Curitiba y también perdió.
El año pasado ganó una elección por primera vez en su vida, fue elegida senadora y trabajó hasta ahora en las comisiones de Asuntos Económicos, Agricultura, y Relaciones Exteriores de la Cámara alta.
Descendiente de alemanes, Hoffmann nació el 6 de septiembre de 1965 en la ciudad de Curitiba, en el estado de Paraná, tiene tres hermanos y le debe su nombre de pila a una equivocación.
Su madre admiraba a Grace Kelly y quería que su hija se llamase como la princesa de Mónaco, pero acabó registrada como Gleisi, por un error de pronunciación del nombre original en inglés.
Carrera política
En su juventud estudió en colegios religiosos y quiso ser monja, pero la frustró el rigor de su padre, que no la dejó marcharse sola al convento de la Congregación de Nuestra Señora de la Esperanza, cuya sede está en Nova Hamburgo, a unos 800 kilómetros de Curitiba.
Comenzó a militar entonces en grupos estudiantiles de izquierdas y se afilió al Partido Comunista do Brasil (PCdoB), del que pasó en 1989 al PT, en el que conoció a Paulo Bernardo Silva, su marido hace 15 años y ahora compañero en el Gobierno.
La pareja tiene dos hijos, de nueve y cinco años, que hasta ahora Hoffmann llevaba personalmente a la escuela cada día, un «placer» al que ha admitido que deberá renunciar.