El clero católico en Cuba ha negado este jueves que el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, haya afirmado en algún momento que el proceso de excarcelación de más de un centenar de presos políticos que viajaron a España haya sido un «destierro» y ha rechazado las versiones que aseguran que es un representante del gobierno de los hermanos Castro.
En un comunicado, el Arzobispado de La Habana ha desmentido las declaraciones que hizo el miércoles el diputado del PP Teófilo de Luis en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso español, quien calificó de «colaboración inmisericorde y vergonzante» la actitud de Ortega por haber sido el encargado de llamar a los presos para ofrecerles viajar a España sin presentarles otra «alternativa».
«Es absolutamente falso» que Ortega «haya afirmado al diputado De Luis o alguna otra persona, que los ex prisioneros cubanos fueron ‘forzados al destierro en España’ sin alternativas», señala el texto del Arzobispado en el que aclara que el cardenal consultó a los disidentes presos «si deseaban viajar o no a España». «Solo doce optaron por permanecer en Cuba y fueron igualmente excarcelados», recuerda.
«En cuanto al papel que la Iglesia desempeñó en el proceso de excarcelación de prisioneros en el último año, puedo adelantar que en próximos días, y desde medios propios, informaremos lo que nos corresponde como Iglesia», anuncia la nota firmada por Orlando Márquez Hidalgo, portavoz del Arzobispado de La Habana.
Sobre el viaje que hizo Ortega a Bruselas el pasado mayo, el clero católico niega que haya sido «mandado» por el Gobierno de Raúl Castro para negociar la supresión de la Posición Común que mantiene la UE sobre la isla, tal y como habría afirmado De Luis en su comparecencia.
La visita del cardenal «fue resultado de una invitación recibida desde la representación de la UE en La Habana, pues esa instancia deseaba conocer, de primera mano, el proceso de diálogo iniciado entre la Iglesia y el Gobierno cubano, y las excarcelaciones y la mediación que desarrolló la Iglesia», explica el Arzobispado.
Por tanto, las autoridades católicas en la isla aclaran que es «absolutamente falso afirmar» que Ortega haya viajado a Bélgica «por orden y en representación del Gobierno cubano» y asegura que «nunca, durante todo este proceso, las autoridades cubanas han hecho a la Iglesia una solicitud semejante».
Un total de 115 disidentes cubanos aceptaron la propuesta de viajar a España a cambio de su excarcelación, en el marco de un proceso de diálogo entre la Iglesia Católica y el régimen castrista, en el que España participó como mediador. Sólo doce opositores rechazaron la propuesta y decidieron quedarse en la isla una vez que salieron de prisión.
Entre todos esos liberados se encuentran 52 opositores que forman parte del grupo de 75 detenidos durante la llamada Primavera Negra de 2003, una de las mayores olas represivas que ha lanzado el Gobierno de Castro contra la disidencia política. Tras estas excarcelaciones quedan en prisión medio centenar de presos políticos, aunque ninguno de ellos pertenece a la Primavera Negra ni ha sido adoptado como prisionero de conciencia por Amnistía Internacional.
