El portavoz de Exteriores del PP en el Congreso, Gustavo de Arístegui, ha apostado este jueves por «redefinir» la «absurda» e «irresponsable» iniciativa de la Alianza de Civilizaciones y construir en su lugar una red mundial de «moderados o demócratas» frente a los «fanáticos» que en la actualidad forman parte de la propuesta lanzada en 2004 por José Luis Rodríguez Zapatero, como Irán.
En su intervención en el curso ‘Relaciones internacionales España-EEUU: claves de un (des)encuentro’, en la Universidad de Verano de San Lorenzo de El Escorial, De Arístegui ha comenzado por considerar inapropiado incluso el propio nombre de la iniciativa.
«En el Corán la alianza con infieles está prohibida. Con lo cual, de partida, la palabra (alianza) es una iniciativa imposible de practicar porque para todo aquel musulmán ortodoxo la alianza con infieles como tal está prohibida», ha explicado. Otra cosa, ha dicho, es el «diálogo, el entendimiento, la concertación, la coordinación», por eso se ha manifestado más a favor del nombre que tenía en 2001 la iniciativa del Diálogo de Civilizaciones, de la que bebe la Alianza.
En segundo lugar, se ha preguntado con quién ha de hacerse esa alianza de civilizaciones. «¿Con un señor, como es el caso iraní, que considera que los derechos y libertades fundamentales no son universales, porque ni las mujeres ni los judíos ni los homosexuales tienen derecho a eso?», ha señalado, antes de criticar al secretario de Movimientos Sociales del PSOE, Pedro Zerolo, al que nunca ha escuchado condenar «los 7.000 asesinatos judiciales de homosexuales en Irán» desde la Revolución Islámica del 79.
Y precisamente porque Irán es uno de los miembros de la Alianza de Civilizaciones -asumida por Naciones Unidas y por más de 80 países_De Arístegui ha abogado por «buscar una salida» a una iniciativa que, en su opinión, «no tiene contenido» y, tal y como está planteada hoy, es «absurda, inviable, irresponsable» y que además, el Gobierno español la lanzó buscando sólo «un golpe de efecto».
De Arístegui se ha mostrado partidario de «forjar» en cambio «algún tipo de alianza de moderados o democrátas en el mundo en contra de los fanáticos», lo que requerirá, ha admitido, de una «intensa labor diplomática» con Turquía, país que junto con España, copatrocinó la Alianza de Civilizaciones.
