El Gobierno boliviano negó hoy que haya niños fallecidos o personas desaparecidas tras la represión policial violenta de una marcha indígena contra la construcción de una carretera por un parque natural de la Amazonía.
El ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, ex defensor de los derechos humanos, dijo en rueda de prensa que la Policía asegura que la operación del domingo cerca del pueblo de Yucumo, a más de 300 kilómetros de La Paz, no dejó víctimas mortales ni desaparecidos, como informan los medios.
El presidente Evo Morales ordenó el domingo disolver la marcha, que cumplía 41 días, con resultado de varios heridos y detenidos, un día después de que el canciller boliviano, David Choquehuanca, fuese retenido por más de una hora y obligado a marchar con los indígenas.
Llorenti aseguró que la operación policial fue realizada por requerimiento de un fiscal, con el propósito de impedir que los indígenas de la marcha se enfrentasen con campesinos seguidores de Morales que les bloqueaba el paso desde hace más de veinte días.
El ministro señaló que poco antes de la intervención un grupo de indígenas con flechas hostigó a los policías, por lo que estos dispersaron la marcha, pero el Defensor de Pueblo, Rolando Villena, dijo que los agentes la disolvieron cuando los indígenas estaban a punto de cenar.
Tras la violenta represión con gases y porras, varias mujeres quedaron separadas de sus hijos, que las acompañaban en la marcha, y dirigentes y activistas fueron detenidos o huyeron a la selva para ocultarse.
Fuentes allegadas a los indígenas hablaron de al menos un niño muerto y cerca de 40 desaparecidos, pero ninguna fuente independiente lo ha confirmado hasta ahora.
La ministra de Defensa, Cecilia Chacón, renunció hoy a su cargo de forma «irrevocable» por la disolución violenta de la marcha indígena.
«Asumo esta decisión porque no comparto la medida de intervención de la marcha que ha asumido el gobierno y no puedo defender o justificar la misma», señala la carta de renuncia, enviada hoy a Morales.
Chacón opina que había otras alternativas «en el marco del diálogo, respeto a los derechos humanos, no violencia y defensa de la Madre Tierra».
Llorenti anunció que sancionará los excesos de la Policía, si se produjeron, luego de que los canales de televisión mostraran a los agentes antidisturbios amordazando con cintas adhesiva a dirigentes y mujeres, o arrastrándolos maniatados.
Cientos de bolivianos se manifiestan hoy en diferentes ciudades con vigilias, concentraciones y huelgas de hambre contra la violencia con que se dispersó a los indígenas, que rechazaban una carretera financiada por Brasil que atravesará una reserva natural.
La policía intentó hoy subir a un avión a los dirigentes de la marcha, para obligarles a retornar a sus comunidades desde el pueblo amazónico de Rurrenabaque, pero los pobladores del lugar tomaron el aeropuerto, superaron a los agentes y liberaron a los indígenas.
Llorenti dijo que ante la «arremetida de centenares de personas» en Rurrenabaque, la policía se ha replegado.