El ministro de Gobierno de Bolivia, Sacha Llorenti, ha presentado su dimisión «para impedir que la derecha dañe el proceso de transformación» impulsado por el presidente, Evo Morales, en el marco de las protestas contra la construcción de una carretera en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
Llorenti es el tercer miembro del Gobierno de Morales en presentar su dimisión por la dura represión policial de la marcha indígena celebrada el domingo en el municipio de Yucumo contra la construcción del segundo tramo de dicha carretera, que unirá los departamentos de Beni (norte) y Cochabamba (centro).
En los últimos días han presentado su renuncia el viceministro boliviano del Régimen Interior y Policía, Marcos Farfán, a quien el Gobierno achaca la orden de reprimir la movilización, y la ministra de Defensa, María Cecilia Chacón, en un gesto de condena a la violencia utilizada contra los indígenas.
En una rueda de prensa celebrada desde el palacio de Quemado, sede gubernamental, Llorenti ha explicado que su dimisión es un «sacrificio» por el «proceso revolucionario», para evitar que la oposición utilice los enfrentamientos del domingo como arma arrojadiza contra el Gobierno.
«No abandono el barco porque se esté hundiendo, solamente doy un paso al costado porque sé que el barco del proceso revolucionario avanzará con mayor rapidez», ha puntualizado, en declaraciones recogidas por la Agencia Boliviana de Información (ABI).
Además, ha indicado que fuera del Gobierno podrá defenderse mejor de las acusaciones vertidas en su contra. «No estoy para cuidar mi imagen personal, pero ahora me defenderé en el llano de las calumnias y mentiras de los últimos días», ha apuntado.
En este sentido, ha expresado su confianza en que «la verdad va a triunfar», tanto la referida al conflicto indígena como la referida a su persona, pese a la «campaña» lanzada por la oposición contra el Gobierno de Morales.
Llorenti debía comparecer este viernes ante la Asamblea Legislativa Plurinacional para informar sobre los enfrentamientos del domingo, junto a los ministros de la Presidencia y de Obras Públicas, Carlos Romero y Walter Delgadillo, respectivamente.
LA PROTESTA INDIGENA
Esta oleada de dimisiones se enmarca en la marcha de protesta que unos 1.500 indígenas del TIPNIS iniciaron el pasado 15 de agosto contra la construcción del segundo tramo de la carretera que unirá Beni y Cochabamba, pese a que el proyecto ha obtenido la licencia medioambiental.
La presión ejercida por las comunidades indígenas tras los enfrentamientos del domingo ha obligado a Morales a suspender el proyecto –que estaba en manos de una empresa brasileña– y a crear una Comisión de Alto Nivel –integrada por expertos nacionales e internacionales– para investigar lo ocurrido.
Morales, un indígena que llegó al poder en 2006 prometiendo defender los derechos de los más pobres, ha tenido que enfrentarse a las críticas de los indígenas, que le acusan de realizar importantes concesiones a empresas extranjeras, en supuesto detrimento de las comunidades en las que nació y se formó como dirigente cocalero.
