El cubano René González, condenado por ser miembro de la red de espionaje «Avispa», salió hoy de una cárcel de EEUU, pero no podrá viajar a Cuba porque debe cumplir tres años de libertad supervisada, lo que fue criticado por algunos exiliados y por grupos que defienden al agente.
González es el primero de los cinco cubanos convictos en el caso que obtiene su libertad después de cumplir 13 años de cárcel de una condena de 15 años.
René González, Gerardo Hernández, Ramón Labaniño, Fernando González y Antonio Guerrero fueron hallados culpables, en 2001, de conspirar y operar como agentes extranjeros sin notificar al Gobierno estadounidense.
La red «Avispa» fue desmantelada en 1998 y según las autoridades estadounidenses se infiltró en grupos del exilio cubano y espió instalaciones militares estadounidenses en el sur de Florida.
La salida de González de la cárcel Federal Correctional Institution, en Marianna, en el norte del estado de Florida, se produjo en horas de la madrugada y en las afueras de la prisión lo esperaron sus dos hijas, su padre y un hermano.
«Salió a las 4.00 a.m (8.00 GMT). Se siente muy bien, feliz de estar afuera, pero él dice que está dejando atrás a sus cuatro hermanos (los otros agentes cubanos encarcelados). Han sido largos años de espera», dijo hoy a Efe su abogado Philip R. Horowitz.
El lugar dónde vivirá González y sus planes futuros se mantienen bajo hermetismo por razones de seguridad, agregó el letrado.
Algunos exiliados calificaron como «inaceptable» que González viva en Miami, centro de la diáspora cubana en EEUU, porque su presencia podría causar «conflicto» en la comunidad.
«Todos los que fueron encausados deben cumplir con sus condenas, pero que los dejen libres en el sur de Florida crea un conflicto muy grande en esta comunidad porque estos individuos van a vivir entre nosotros y eso es inaceptable», dijo a Efe José Basulto, fundador del grupo anticastrista «Hermanos al Rescate».
Advirtió que «cualquier cosa que le pase nos la atribuirán a nosotros. Prefiero que lo manden a Cuba, es una buena oportunidad para que renuncie a la ciudadanía estadounidense. Inclusive, si quiere yo con mucho gusto le fabrico una balsa para que regrese».
El agente excarcelado tiene doble ciudadanía: nació en EE.UU. y se fue a Cuba en 1961.
Según, el Comité Nacional para la Liberación de los Cinco Cubanos, González salió «con su frente en alto», pese a que el Gobierno insiste «en castigarlo a él y a su familia aún más, exigiéndole permanecer en Florida los tres años de su libertad condicional».
En un comunicado ese comité advirtió que «su vida estará en peligro, por parte de los grupos verdaderamente terroristas que él ayudó a penetrar».
Horowitz solicitó a la jueza encargada del caso que permitiera a González regresar a Cuba ya que en EEUU no tiene familiares con quien quedarse para cumplir con la libertad supervisada. Una abuela de González que residía en Sarasota (Florida) murió en 2008.
Su esposa, Olga Salanueva, fue deportada en 2000 y ocho años después se le comunicó que era «inadmisible permanentemente» en el país, situación que, según el abogado, «extenderá la separación entre los esposos, que ha sido de más de una década».
La defensa argumentaba que el Gobierno trató a González más como un ciudadano cubano que estadounidense desde que fue acusado y convicto, pero la jueza denegó la solicitud.
El abogado adelantó que van a «emprender un nuevo intento para tratar de conseguir que regrese a casa con su familia».
«Está muy esperanzado de que podrá ir a su hogar y yo espero poder conseguir eso lo más rápido posible», dijo a Efe.
«Los Cinco», como son conocidos en Cuba, admitieron que eran agentes del Gobierno cubano, pero afirmaron que espiaban a «grupos terroristas de exiliados que conspiran» contra el entonces mandatario Fidel Castro, y no al Gobierno estadounidense.