El saldo de muertos desde que en diciembre de 2006 Felipe Calderón asumiera la Presidencia de México y emprendiera una guerra contra el narcotráfico asciende a casi 43.000 personas, según ha confirmado la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, en sus siglas en inglés).
Según ha informado el diario mexicano ‘El Universal’, «desde (…) diciembre de 2006 (hasta este mes de octubre), ha habido un total de casi 43.000 muertes relacionadas con las drogas». Por contra, la última cifra aportada por el Gobierno de México rondaba los 34.000 fallecidos, que data de diciembre del pasado año. Asimismo, las cifras que manejan los medios de comunicación y las organizaciones civiles rondan entre 40.000 y 50.000 personas.
De acuerdo con el informe de la DEA, los crímenes son el resultado de las acciones violentas y «desesperadas» de los cárteles en la disputa que libran por el control de las diversas regiones mexicanas y las rutas para el tráfico de drogas.
El documento, titulado ‘Actualización Política de Estados Unidos para contrarrestar las amenazas de la Insurgencia y Narcoterrorismo de la DEA’, fue presentado el pasado 4 de octubre en el Congreso estadounidense y advierte de que si la situación «no se controla, el poder y la impunidad de estos cárteles podría crecer y convertirse en una amenaza aún mayor para la seguridad nacional de México».
POLITICA GUBERNAMENTAL
La DEA esgrime que la guerra contra el narcotráfico ha sido el desencadenante de la violencia actual, que incluso ha llegado a traspasar las fronteras mexicanas.
«A medida que estas organizaciones narcotraficantes y sus facciones se han reforzado y, compiten por el acceso a las fuentes de suministro y las rutas de tráfico de drogas, al mismo tiempo han tratado de defenderse de las ofensivas del Gobierno mexicano y se ha producido una cantidad de la violencia sin precedentes en México», subraya el informe.
«Tenemos que reconocer que estamos siendo testigos de actos de verdadera desesperación por parte de peligrosas organizaciones criminales heridas», apostilla.
El diario ‘El Universal’ cita informaciones de la Procuraduría General de la República (PGR, la Fiscalía mexicana) sobre el informe y aclara que «más del 90 por ciento de los homicidios en los últimos años han sido (obra) de los miembros del cártel de la droga o de sus asociados que compiten por cuotas de mercado y (por) las rutas de tráfico».
No obstante, la DEA reconoce que el Ejecutivo de Calderón «ha sido certero y firme en su compromiso de romper el poder» de las «bandas criminales», aunque «más preocupante es el hecho de que muchos de estos brutales asesinatos fueron cometidos con la intención específica de intimidar a la sociedad» con el objetivo de «influir en el Gobierno para que suspenda sus acciones contra los cárteles».