Desmovilícense; de lo contrario, como hemos dicho tantas veces y como hemos comprobado, terminarán o en una cárcel o en la tumba
El líder de la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), comandante del Bloque Central, el comandante Guillermo León Sáenz, alias «Alfonso Cano», ha sido abatido este 5 de noviembre de 2011 por las fuerzas del Ejército colombiano.
El snaguinario jefe narcoterrorista falleció en un bombardeo de precisión, ejecutado en el área rural de Suárez, en el departamento colombiano de Cauca, al sudeste del país.
El rrealto del ministro de Defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón, no deja resquicio a la duda:
«Desembarcaron tropas para identificar una serie de propiedades y bienes del jefe guerrillero. Posteriormente iniciaron un cerco en el área. En ese cerco, entraron en una situación de combate, en una situación de persecución de este individuo y la estructura que lo acompañaba; y allí cayó Alfonso Cano».
En esa operación también fueron abatidos un operador de radio y la presunta compañera sentimental de Cano. Además, fueron capturados cuatro guerrilleros, entre ellos su jefe de seguridad, alias «El Indio Efraín».
«Alfonso Cano» era considerado un ideólogo dentro de la guerrilla. Nacido en Bogotá en 1948, con formación universitaria, se unió a las FARC a finales de los años setenta y pronto alcanzó protagonismo.
Dirigió extorsiones y secuestros, impulsó una opción política clandestina de izquierdas, participó en negociaciones de paz en los años noventa y presentó planes para la legalización de la droga. «Alfonso Cano» sucedió en el mando de las FARC a la muerte de Manuel Marulanda Vélez, alias «Tirofijo».
Algunos medios colombianos comentan el posible «derrumbamiento» de la guerrilla tras su descabezamiento, uno más gracias a la política impulsada por el expresidente Álvaro Uribe y continuada por el actual, Juan Manuel Santos. La muerte de «Alfonso Cano» se une la de Luis Edgar Devia, alias «Raúl Reyes», en marzo de 2008 en territorio ecuatoriano, y la del jefe militar Víctor julio Suárez Rojas, alias «Jorge Briceño Suárez o Mono Jojoy», en septiembre de 2010.
«Cayó el número uno de las FARC. Es el golpe más contundente que se ha dado a esta organización en toda su historia», celebró el presidente Santos. Y lanzó un mensaje a las FARC:
«Desmovilícense. De lo contrario, como hemos dicho tantas veces y como hemos comprobado, terminarán o en una cárcel o en la tumba».
NARCOTERRORISTAS EN DESBANDADA
El nombre real de Cano era Guillermo León Sáenz Vargas. Nació en un hogar de clase media en Bogotá en 1948. Le encantaba jugar al fútbol en las calles de la ciudad, actividad que alternaba con sus actividades políticas.
Cuando era joven entró a estudiar antropología y derecho en la Universidad Nacional, la más reputada del país y donde por aquel entonces se respiraban los aires frescos de la revolución cubana.
Entonces entró a Juventudes Comunistas (JUCO), el espacio de formación de los nuevos cuadros del Partido Comunista. Aquí se fue integrando en las corrientes izquierdistas de la lucha armada.
En Bogotá fue detenido por repartir propaganda clandestina invitado a la insurrección. Tras seis meses de cárcel decidió enrolarse en las FARC y abandonó sus estudios, a punto de terminar. En la organización armada fue nombrado jefe de la comisión de Finanzas del Estado Mayor Central de la Organización. Era el año 1978.
En una guerrilla altamente formada por campesinos iletrados, él se destacó por su oratoria y coherencia en su discurso. Jacobo Arenas y Tirofijo lo invitaron a su mesa y le cedieron el honor de representarlos en las actividades más sensibles para las FARC, como los diálogos de paz.
Durante el gobierno de Belisario Betancur (1982-1986), las conversaciones de 1991 en Caracas, y Tlaxcala (México) en 1992, su figura se destacó.
Sin embargo, como las negociaciones fracasaron se ganó la fama de débil dentro de un grupo que privilegiaba sin duda al más hábil disparando, secuestrando o lanzando bombas.
Sin embargo, tras la muerte de Arenas, Tirofijo lo siguió arropando como su alumno predilecto, incluso por encima de Jojoy, que había hecho grandes méritos militares, al punto de tener al país en jaque.
En 1999 las FARC tenían presencia en los 32 departamentos de Colombia y en todos los foros internacionales la sentencia apocalíptica de que Colombia era un país inviable se escuchaba cada vez con más frecuencia.
El presidente Pastrana apostó por los diálogos en el Caguán (1999-2002), donde Cano volvió a emerger como el líder de las FARC.
Por entonces se permitió la licencia de anunciar frente a las cámaras de televisión el lanzamiento del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, cuya dirección asumió en el 2001, una opción política clandestina de izquierda para intentar abordar el poder en caso de que las conversaciones fracasaran, como en efecto ocurrió.
Al morir Tirofjio se preveía una disputa interna con Jojoy, pero este advirtió a sus seguidores de que el jefe era Cano. En septiembre de 2010, Jojoy, cabecilla de la infraestructura militar y de tráfico de drogas de la guerrilla, fue muerto en un bombardeo y Cano prosiguió su lucha, que terminó este viernes. El futuro de las FARC, ahora sí, es incierto.
El Gobierno legítimo de Colombia anunció este 5 de noviembre de 2011 que el país respira desde ahora un aire más tranquilo.