El Gobierno de Venezuela considera una «agresión» las «insólitas» declaraciones realizadas por el asistente de la Secretaría de Estado para Drogas y Seguridad de Estados Unidos, William Brownfield, quien apuntó que el país iberoamericano ha sufrido una «explosión» del narcotráfico debido a su escasa cooperación internacional.
A través de un comunicado, el Gobierno ha rechazado «de la manera más contundente» las declaraciones del estadounidense, «en tanto constituyen una nueva agresión del Gobierno de Washington contra el pueblo venezolano, basada en la mentira y la difamación».
Venezuela considera que ésta «es una de sus acostumbradas payasadas mediáticas (…), que le han valido el repudio del pueblo venezolano durante su tristemente recordada estadía» en el país iberoamericano como embajador estadounidense entre 2004 y 2007.
«Pocos como este fracasado diplomático, han obrado tanto por el deterioro de las relaciones bilaterales, no escatimando en provocaciones ni en afirmaciones irresponsables», apunta, al tiempo que reitera que éstas solamente pueden desarrollarse «en un marco de respeto a la dignidad y a la soberanía del pueblo venezolano».
En contra de las acusaciones de Brownfield, el comunicado defiende que «Venezuela ha desarrollado una política soberana y efectiva de lucha contra el flagelo mundial de las drogas», algo que ha cristalizado en el reconocimiento como país libre de cultivos por parte de Naciones Unidas.
En la misma línea, destaca que, en contra de lo señalado por el estadounidense, «Venezuela desarrolla la más amplia política de cooperación internacional de lucha contra el narcotráfico con los gobiernos auténticamente interesados en derrotar este mal».
Además, el Gobierno considera que la Agencia Federal Antidrogas de estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés) «es el verdadero cartel del narcotráfico internacional, que ha convertido a Estados Unidos en el país más drogadicto del mundo».