Fidel Castro advierte de la «marcha del mundo hacia el abismo» por la guerra nuclear y el cambio climático

El ex presidente cubano Fidel Castro ha advertido de la «inexorable marcha del mundo hacia el abismo» ante las amenazas de la guerra nuclear y el cambio climático, rompiendo así un silencio de dos meses a través de sus ‘reflexiones’, según informa el diario oficial ‘Cubadebate’.

Castro ha explicado este silencio, durante el cual en algunas redes sociales se ha especulado con su muerte, apuntando que para abordar este tema ha dejado transcurrir «los días festivos del viejo y el nuevo año», a pesar de que «en vísperas del nuevo año ya se conocían datos suficientes para ver con toda claridad la inexorable marcha del mundo hacia el abismo».

En opinión de Castro, el mundo camina en esta dirección debido a dos «amenazas extremadamente graves», la guerra nuclear y el cambio climático, que «cada vez están más lejos de aproximarse a una solución». «La palabrería demagógica impuesta al mundo por Estados Unidos y sus poderosos e incondicionales aliados, en ambos temas, no admiten la menor duda al respecto», ha señalado.

En referencia a la guerra nuclear, ha denunciado que las armas nucleares desplegadas y almacenadas superan las 20.000, a pesar de que «el empleo de apenas un centenar sería suficiente para crear un invierno nuclear que provocaría una muerte espantosa en breve tiempo a todos los seres humanos que habitan el planeta».

A este respecto, ha señalado que «los riesgos del estallido de una guerra nuclear se incrementan a medida que la tensión crece en Oriente Próximo», donde, ha denunciado, Israel acumula cientos de armas nucleares «en plena disposición combativa» mientras asiste a la expansión de los regímenes islamistas por la Primavera Arabe.

Además, ha apuntado que la tensión crece igualmente en Rusia, «país de incuestionable capacidad de respuesta» que está «amenazado» por el escudo antimisiles de la OTAN, cuya finalidad es proteger a Occidente de un eventual ataque desde Corea del Norte e Irán, una «afirmación yanki» que, según Castro, «mueve a risas».

En contraste con la argumentación de Estados Unidos, el ex presidente cubano ha denunciado que «la Humanidad no goza de garantía alguna», ya que el espacio «está saturado de satélites estadounidenses destinados a espiar lo que ocurre hasta en las azoteas de las viviendas de cualquier país del mundo»

CAMBIO CLIMATICO

Por otro lado, Castro se ha referido al cambio climático, un «hecho dramático que está ocurriendo con creciente ritmo» y por el que el mundo también estaría amenazado, aunque «la Humanidad fuese capaz de retrasar la guerra nuclear por un tiempo indefinido».

Citando distintos informes y documentales, el líder de la Revolución Cubana ha alertado de que «los niveles del mar se elevan a medida que las enormes capas de hielo que cubren la Antártida y Groenlandia se derriten» mientras «la Humanidad alcanzó oficialmente los 7.000 millones de habitantes el pasado 30 de noviembre».

Castro ha acusado de este deterioro a Estados Unidos, entre otros países, por bloquear la consecución de acuerdos globales eficaces en las cumbres sobre cambio climático, como consecuencia de lo cual «el planeta marcha hoy sin política sobre este grave problema».

El ex presidente cubano también ha criticado la explotación de los recursos naturales por parte de los países occidentales, especialmente de Estados Unidos. «¿Qué será de ese país cuando las reservas de energía se agoten?», ha cuestionado. «No es posible que nuestro mundo globalizado acepte sin chistar el colosal derroche de recursos que la naturaleza tardó cientos de millones de años en crear», ha considerado.

EXCULPA A LOS PUEBLOS

Castro ha culpado a los líderes mundiales de las amenazas de la guerra nuclear y el cambio climático, eximiendo de responsabilidad a los pueblos que, pese a conocer los problemas, apenas poseen margen de maniobra para hacerles frente.

«Los que pretenden considerarse políticos debieran ser lanzados al basurero de la historia cuando, como es norma, en esa actividad ignoran todo o casi todo lo que se relaciona con ella», ha valorado.

Si bien, ha matizado que sus palabras «carecerían de sentido si tuviesen por objetivo imputar culpa alguna al pueblo estadounidense, o al de cualquier otro país aliado de Estados Unidos» porque «ellos, como los demás pueblos del mundo, serían las víctimas inevitables de la tragedia».

A modo de ejemplo de la inocencia de los pueblos, ha destacado «los hechos recientes ocurridos en Europa y otros puntos del mundo», que «muestran la indignación masiva de aquellos a los que el desempleo, la carestía, las reducciones de sus ingresos, las deudas, la discriminación, las mentiras y la politiquería, conducen a las protestas y a las brutales represiones de los guardianes del orden establecido».

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