Fieles a su instinto, han montado una confesión siniestra con vídeo incluido y ya parecen más culpables que Judas
Los dos supervivientes del accidente de tráfico en el que murió, hace una semana, el disidente cubano Oswaldo Payá han negado en un vídeo hecho público este 30 de julio de 2012 por las autoridades de la isla que hubiera otro vehículo implicado en el choque.
A esa posibilidad habían apuntado tras el accidente la viuda de Payá y otros familiares, que rechazaron la hipótesis del accidente de tráfico.
«A nosotros no nos dio ningún vehículo por la parte trasera, simplemente yo iba conduciendo, me percaté de un bache y tomé las precauciones de cualquier automovilista que es accionar el freno levemente. El coche perdió el control, no recuerdo señales», explica el español Ángel Carromero, de 27 años, dirigente de las Nuevas Generaciones del PP, en la grabación mostrada a la prensa.
«En lo que se refiere a las informaciones que me han dejado leer, pido a la comunidad internacional que se ocupe sobre todo de sacarme de aquí y que no utilice con fines políticos un accidente de circulación que le podría haber ocurrido a cualquiera».
El otro superviviente del choque, el sueco Jens Aron Modig, de 27 años, vicepresidente de las Juventudes del Partido Demócrata Cristiano de Suecia (KDU), explicó en el mismo acto:
«No recuerdo que haya habido otro vehículo implicado en el accidente».
Modig aseguró haber viajado a la isla siguiendo instrucciones de su partido con el fin de reunirse con el opositor y miembros de su grupo y entregarles dinero.
Tanto Modig como Carromero están retenidos por las autoridades cubanas desde el suceso.
Exceso de velocidad
El viernes 27 de julio, las autoridades de la isla presentaron un informe detallado sobre el accidente en el que murieron, el pasado día 22, el destacado disidente Oswaldo Payá, de 60 años, y el también opositor Harold Cepero Escalante, de 31.
El documento achaca a un exceso de velocidad en una zona en obras, sumado a un mal frenado, sin aludir a ningún otro vehículo implicado.
La viuda de Payá, Ofelia Acevedo, no quiso aceptar las conclusiones de las autoridades cubanas:
«Rechazo el informe porque viene del Gobierno de Cuba y no he tenido acceso a ninguna de las informaciones que dicen tener».
LA NATURALEZA DEL BICHO
Como subraya Alfonso Rojo en ‘ABC’, a los Castro y sus secuacez les pasa como al alacrán del cuento:
Aquel que convence a una ingenua ranita para que lo transporte en su lomo, de un lado a otro del riachuelo, tras explicarle que ni se le ocurrirá picarla porque él no sabe nadar y perecería ahogado.
Y en mitad de la corriente, el bicho le clava su venenoso aguijón. Y cuando la rana, agonizante, le pregunta por qué ha hecho eso, sabiendo ambos van a morir, él responde: «es mi naturaleza».
El director de Periodista Digital ya revelaba la semana pasada en ‘ABC‘, que no creer que los agentes de Castro hubieran asesinado a Oswaldo Payá. No por falta de ganas o de maldad, sino porque al régimen no le conviene semejante embrollo en esta tesitura internacional.
Añadía y tiene su lógica, que los sicarios de la Seguridad no hubieran dejado testigo alguno. Si ellos hubieran montado el ‘accidente‘, no habrían quedado supervivientes.
A pesar de las denuncias de la familia de Payá y de la sombra de sospecha que envuelve todo lo que hace una dictadura tan siniestra como la cubana, no lo tenían tan complicado.
Podían haber dejado que el embajador de España hablase sin tapujos con Ángel Carromero. Eso hubiera sido lo normal, lo que habría pasado en cualquier país civilizado.
Pero ellos no. Fieles a su instinto, han montado una confesión siniestra con vídeo incluido y ya parecen más culpables que Judas.