La oposición plantea las municipales venezolanas como un plebiscito sobre el futuro del actual presidente
Nunca en quince años de dominio el chavismo ha hecho tanto para aferrarse al poder como en estos días. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha conseguido superpoderes para gobernar por decreto.
Y no ha cesado de imponer su voluntad sin cortapisas. Lo que, sumado a la actual crisis económica, ha terminado convirtiendo las elecciones locales que se celebran hoy en el país en un plebiscito sobre Maduro, su Gobierno y su poder.
Con la vista puesta en el día posterior a los comicios, un notable grupo de diputados y militantes de partidos de la oposición ya ha propuesto convocar una Asamblea Nacional Constituyente encargada de «la búsqueda de salidas democráticas».
Como explica Ludmila Vinogradoff en ‘ABC‘, se trata de encontrar una vía para reformar el sistema de forma pacífica y respetando la legalidad. Lo que augura que, en caso de clara derrota del chavismo, la oposición se movilizará para encontrar una alternativa a Maduro y acometer una reforma democrática del país.
La propuesta, publicada en los principales diarios de circulación nacional, está firmada por cincuenta y cinco personalidades, entre las que destacan la diputada María Corina Machado y el líder opositor Leopoldo López, así como el gobernador del estado de Zulia, Oswaldo Álvarez Paz, y la exmagistrada del Supremo Blanca Rosa Mármol.
El chavista Maduro enfrentará su primera prueba de fuego con las elecciones municipales este domingo 8 diciembre 2013.
El resultado de la consulta será termómetro del apoyo de los venezolanos a sus drásticas medidas para resolver los problemas económicos —Maduro prohibe a los venezolanos cobrar en dólares y regula los alquileres comerciales–. Las elecciones en Venezuela estarán ‘vigiladas’ por 50 acompañantes internacionales.
Aunque se trata de comicios locales, las elecciones para renovar 337 alcaldes y 2.523 concejales también medirán si la oposición mantiene el apoyo cosechado en las presidenciales de abril, que perdió por poco margen frente al socialista Maduro.
Con esas elecciones presidenciales, Venezuela quedó dividida entre los que respaldan al sucesor del fallecido Hugo Chávez y los que creen que el país debería tomar otro rumbo.
Se da por descontado que más de dos tercios de las municipalidades quedarán, como en la actualidad, en manos del oficialismo. Pero esa no es la apuesta opositora. Las alternativas al chavismo procuran hacerse del control de las principales ciudades –como la Alcaldía Metropolitana de Caracas, y las de Maracaibo, Valencia, Barquisimeto, Puerto La Cruz, entre otras urbes – y cosechar una cantidad de votos totales a nivel nacional mayor a la del Gobierno.
En tal caso, los factores de oposición –que cuestionan la victoria del presidente Maduro en abril pasado por apenas uno por ciento de los votos- contarían con el piso político necesario para activar mecanismos constitucionales con que, a la postre, buscan desalojar a Maduro de la presidencia.
Maduro, un ex sindicalista de 51 años —El ‘chavista’ Nicolás Maduro ya tiene poderes absolutos para hacer lo que quiera en Venezuela–, retomó el encendido discurso de su antecesor y el intervencionismo del Estado en la economía pero no ha logrado tener la extraordinaria conexión del carismático Chávez con los venezolanos más pobres.
Los problemas de Maduro
Desde que asumió, Maduro ha tenido que lidiar con una inflación que ya roza el 55% anual, desabastecimiento de productos básicos como harina o papel higiénico, débil crecimiento económico y fallas en los servicios públicos. Venezuela se ha convertido en un espectáculo fascinamente… y nauseabundo.
Para atacar el alza de precios y la supuesta especulación de la que acusa a empresarios, el presidente ordenó en las últimas semanas bajar los precios en miles de tiendas y puso límites a los costos de los alquileres comerciales.
Maduro acusa a sus rivales de tratar de desestabilizarlo con una «guerra económica» —Maduro se luce y mete entre rejas a más de cien empresarios por «burgueses»–, pero la oposición dice que la situación es resultado de muchos años de malos manejos y que las recientes medidas adoptadas por el Gobierno son populistas e insuficientes.
La postura de la oposición
El líder de la oposición, el gobernador y ex candidato presidencial Henrique Capriles, asegura que las elecciones del domingo son un examen a la gestión de Maduro.
El presidente ha apostado fuerte, impulsando candidaturas de hombres del oficialismo de alto perfil, como el ex ministro de Comunicaciones Ernesto Villegas para alcalde metropolitano de Caracas o el ex vicepresidente Jorge Rodríguez para retener el municipio de Libertador, que controla la otra parte de la capital.
Aunque las encuestas pronostican una carrera peleada, algunas medidas tomadas por Maduro podrían darle ventaja al oficialismo, de acuerdo con especialistas.
«En términos de votos totales, las encuestas hasta octubre mostraban una situación cerrada», dijo el analista Luis Vicente León, de la encuestadora Datanalisis.
«Sin embargo, los acontecimientos recientes podrían jugar a su favor (de Maduro) en términos de popularidad.»