Venezuela se marchita lentamente un año después de que llegara al Gobierno

El ex conductor de autobús Maduro consigue dejar al país en un callejón sin salida

La oleada de protestas, una inflación en el 60%, la inseguridad ciudadana y el desabastecimiento debilitan su imagen

El ex conductor de autobús Maduro consigue dejar al país en un callejón sin salida
Maduro Captura

"A un año de Gobierno seguiré cumpliendo el juramento con nuestro Pueblo, nadie nos quitará el derecho a ser Felices, Libres e Independientes"

Nicolás Maduro cumple un año de Gobierno en el peor contexto posible, amenazado por una crisis económica cada día más grave y en una constante ola de protestas. Elegido por una estrecha mayoría tras la muerte de Hugo Chávez , el ex conductor de autobús y sindicalista anunció que seguiría adelante con el legado bolivariano y comunista de su mentor, con la redistribución de los ingresos del petróleo para los más pobres y una fuerte intervención estatal como principales ejes económicos.

Nicolás Maduro dijo hoy que seguirá cumpliendo el juramento hecho al pueblo venezolano de «hacer la Revolución Socialista y Bolivariana de Chávez» y defender su derecho a ser «felices, libres e independientes», al cumplir un año como presidente, en medio de las protestas contra su Gobierno.

SEGUIRÁ A LO SUYO

«A un año de Gobierno seguiré cumpliendo el juramento con nuestro Pueblo, nadie nos quitará el derecho a ser Felices, Libres e Independientes»,

escribió el jefe del Ejecutivo en su cuenta de la red social Twitter.

En su investidura el 19 de abril 2013 se fijó como metas frenar la tendencia alcista de la inflación de alrededor del 30% y el aumento de la delincuencia, con 17.000 homicidios anuales en una nación de 30 millones de personas. Por desgracia la situación continúa deteriorándose desde entonces.

Los datos ofrecidos por diversas ONG hablan de 25.000 homicidios en 2013 y una inflación que coquetea con el 60%. A estos males se suma la escasez de divisas, más del 15% y el contexto de desabastecimiento y la consecuente dificultad de la población para acceder a bienes básicos.

Una victoria ajustada

Capriles reclamó insistentemente pero sin éxito una revisión de los cuadernos electorales entre impugnaciones que finalmente no prosperaron.

Tras la estrecha victoria en las presidenciales y con la economía dando evidentes signos de fatiga, la oposición planteó las municipales del 8 de diciembre en clave de plebiscito, y el chavismo arrasó quedándose con alrededor de un 72% de las alcaldías del país.

La victoria chavista estuvo precedida de una controvertida pero popular campaña lanzada por Maduro contra los precios desbocados en los negocios de venta minorista, sobre todo en sectores como el de los electrodomésticos, interviniendo incluso militarmente una cadena para vender a «precios justos».

Con acusaciones de «especulación y acaparamiento», le siguieron entre otros, el calzado o la ropa en la llamada «ofensiva» contra una «guerra económica» que Maduro defiende que la empresa privada y la oposición, apoyada por factores extranjeros, mantienen en Venezuela con el objetivo de desestabilizar su gobierno.

La bajada drástica de precios dio un fuerte empujón a la popularidad del presidente y su gabinete. «El presidente lo administró positivamente en el sentido que salió de esa victoria con bastantes convocatorias al diálogo», explicó el analista político Clodovaldo Hernández.

En cambio, para el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela (UCV) Carlos Romero este resultado no es atribuible a Maduro ya que «fue un triunfo del partido oficialista (Partido Socialista) y hasta del mismo legado de Chávez».

Fortalecido por el resultado, Maduro abrió las puertas del palacio presidencial a la oposición para los «Diálogos de paz», convocados tras el asesinato de la modelo Mónica Spear, que conmocionó a Venezuela y le recordó los crónicos problemas de violencia existentes en su geografía.

Protestas constantes

Pero los malos datos económicos de 2013 sumados a la inseguridad alentaron de nuevo las protestas de sectores estudiantiles. Las protestas se repitieron en todo el país así como los episodios de violencia que dejan un saldo parcial a día de hoy de 41 muertos y más de 650 heridos.

Esas protestas también dejaron otro dato, el del número de detenidos, entre ellos varios dirigentes opositores con Leopoldo López a la cabeza, a quien, asegura la oposición, se le acusó de cuatro delitos sin una sola prueba y por llamar a pedir la renuncia del Gobierno. También fueron detenidos o procesados una veintena de funcionarios de cuerpos de seguridad por varios delitos.

El Gobierno y la oposición dialogan sobre cómo salir de la crisis con los buenos oficios de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el Vaticano, y con la economía en el fondo como el principal caballo de batalla del Ejecutivo.

 

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