El gobierno socialista alega que la falta de productos se debe al contrabando a través de sus fronteras
Sólo les queda recurrir al ‘Chávez Nuestro’ que receta Maduro y sus secuaces.
Las asociaciones de panaderos de Venezuela, asociadas a la Federación Venezolana de Industriales de la Panificación y Afines (Fevipan), están desesperadas. La política que impera en el país ha conseguido, de nuevo, lo imposible: que se queden todos sin pan y hambrientos.
Tras declararse en estado de emergencia 9.000 panaderías, exigen al Gobierno
«la continuidad en la distribución equitativa de la materia prima para garantizar el abastecimiento del pan de manera justa en todo el territorio nacional».
Ni caso.
La falta de materia prima, harina de trigo, azúcar, grasa, pasa y aceitunas, acarrea una grave falta de abastecimiento en todo el país, una situación crítica que no tiene visas de solucionarse a corto plazo.
PRÉSTAMOS
De momento las panaderías se las apañan como pueden: préstamos entre ellas de la materia prima y una coordinación especial con los molinos Monaca, Cargill, Molvenca y Mocasa.
En el último año, la escasez se ha acrecentado y los venezolanos deben luchar para encontrar bienes básicos como aceite, leche en polvo y harina, así como detergente, shampoo y pañales.
HUELLAS DACTILARES
Para combatir la falta de productos, el presidente Nicolás Maduro ordenó la instalación de máquinas lectoras de huellas dactilares en las tiendas de alimentos del país petrolero, con el fin de racionar las compras de los venezolanos, agobiados por una alta escasez.
El gobierno socialista alega que la falta de productos se debe al contrabando a través de sus fronteras, especialmente a Colombia, que costaría al país al menos un 40% de los alimentos y medicinas necesarias para satisfacer la demanda interna.