Cientos de miles de personas, quizá incluso millones, protestan en varias ciudades de Brasil contra la presidenta Dilma Rousseff este domingo, ante un gran escándalo de corrupción y crecientes problemas económicos.
Según cálculos de la policía militar las manifestaciones hasta ahora reunieron un millón personas en São Paulo.
Otros cálculos de las autoridades policiales hablan de 45.000 en Brasilia, 24.000 en Belo Horizonte y 15.000 en Río de Janeiro.
Estos actos convocados mediante redes sociales ocurren dos días después que una serie de manifestaciones sindicales a favor de Rousseff y en defensa de Petrobras en todo el país reunieran el viernes 33.000 personas según la policía y 175.000 según los organizadores.
Los manifestantes que este domingo abarrotaron la principal avenida de São Paulo pertenecen a las clases medias más educadas, mejor preparadas y más informadas del país. Son médicos, profesores, informáticos, vendedores, dueños de comercios, abogados propietarios de negocios o estudiantes, entre otros.
La inmensa mayoría vestía la camiseta de la selección nacional de fútbol y muchos se envolvían en banderas brasileñas.
Se quejaron de que el país coquetee con la recesión, se quejaron aún más de que el Gobierno haya subido los impuestos, haya ordenado recortes y haya engordado las tasas de la gasolina y de la luz.
Pero, sobre todo, se quejaron de que la presidenta les ignore:
«En el discurso del domingo pasado Rousseff dijo que la culpa de la crisis la tienen los otros países, no asumió sus culpas de la corrupción y dijo que había que hacer recortes cuando en la campaña electoral ni los había mencionado. Nos toma por tontos. Y eso no»
Petrobras en medio del escándalo
La petrolera estatal Petrobras está en medio de un escándalo de sobornos que provocó investigaciones contra los gobernadores de Río y Acre además de 47 políticos, en su mayoría de grupos aliados al gobierno o miembros del Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff.
Pese a que los manifestantes de este domingo comparten el rechazo al gobierno y exigen el fin de la corrupción, las diferencias entre ellos son notorias.
Según informa el corresponsal de BBC Mundo en Brasil, Gerardo Lissardy, algunos reclaman abiertamente una «intervención militar» que saque a los políticos del poder, otros piden promover la salida de Rousseff y otros rechazan hasta la idea de destituir a una presidenta que fue reelecta en octubre.
«Vine a la calle contra todo lo que está ocurriendo en el país, la corrupción y la impunidad», dijo a BBC Mundo Fátima Regina Accioly, una psicóloga de 56 años que protestó en Río.
Las manifestaciones transcurren pacíficamente, aunque se registraron algunas escaramuzas entre críticos y simpatizantes del gobierno.