La noticia ‘bomba’ es una exclusiva del diario británico ‘Sunday Express‘, y pone los pelos de punta a propios y extraños.
Y no es para menos: se trata de sustituir las actuales instalaciones de la Royal Navy en el escocés río Clyde, -donde se ubica uno de los principales centros de operaciones de los submarinos nucleares británicos de la clase Vanguard-, por Gibraltar.
Y ya ha estado una delegación militar en la colonia para estudiar este plan de la Royal Navy: montar una base para submarinos de propulsión atómica y, al mismo tiempo, un arsenal de misiles nucleares.
EN DIQUE SECO
La base, cuyo coste de construcción ascendería a 4.000 millones de euros, se ha quedado de momento en agua de borrajas, dado que este proyecto, cuya construcción tardaría unos 10 años, acarrearía sin duda fuertes tensiones diplomáticas con España.
Allí se albergarían los temidos submarinos nucleares británicos de la clase Vanguard, armados con hasta 16 misiles nucleares Trident II D5, con una potencia de 3,8 megatones -316 veces la bomba de Hiroshima- y un alcance efectivo superior a los 12.000 kilómetros.
PICARDO, DE ACUERDO
Fuentes militares españolas, de alto nivel, conocedoras de esos proyectos británicos, cuentan que el gobierno gibraltareño, que preside Fabián Picardo, recibió positivamente la iniciativa de la base submarina y trasladó al Almirantazgo inglés que el Peñón no se opondría a albergar dichas instalaciones.
Temor a la independencia de Escocia
Tras el plan se encontraría el temor del Gobierno británico al posible resurgir del independentismo escocés, que complicaría la permanencia de instalaciones militares nucleares en dicho territorio, en las que hoy se custodia parte del arsenal nuclear del Reino Unido, entre ellos los misiles Trident.
El ministerio de Defensa birtánico ha declarado que el informe del que da cuenta el citado medio es «absolutamente falso».