Les ha dejado plantados atacando y dando donde más duele.
El secretario de Programa de Podemos, Juan Carlos Monedero, ha asegurado horas antes sentirse «decepcionado» con la política y con el hecho de que su partido esté comenzando a «parecerse», al entrar en el juego electoral y moderar su discurso, a aquellos que querían sustituir cuando nacieron, y que la formación siempre ha enmarcado en la denominada ‘casta’.
Son muchos los dardos lanzados a diestro y siniestro:
«Estoy convencido de que Podemos tiene que dejar de mirarse en espejos que no son los suyos y para eso tenemos que quitarnos las telarañas de las urgencias de la partitocracia»,
ha asegurado en una entrevista en el programa ‘La Cafetera’ de Radiocable.
En este sentido, Monedero ha lamentado que al entrar en este juego, su partido «deje de tener tiempo» para reunirse con sus bases –organizadas en los denominados círculos–, y considere «más importante un minuto de televisión».
Así, aunque ha afirmado que Podemos es «lo más decente que hay ahora en la política española», el hecho de estar «en contacto permanente con aquello que querían superar» les ha llevado a parecerse «a los que querían sustituir». «Eso es la realidad», ha remachado.
«¿Dónde está escrito que la política concreta implique firmar un salvoconducto para la mentira, el engaño, la traición y las malas artes? En ningún lado»,
ha defendido, para añadir que él es más «de Galeano que de Juego de Tronos»,
una de las series favoritas del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, tal y como él ha reconocido en varias ocasiones.
«La política de partidos es necesaria pero es muy ingrata. Al lado de la máquina de triturar papel siempre hay una máquina de triturar bondad en las sedes de los partidos, y eso ocurre en todos, porque en el momento en que tienen como objetivo principal acceder al poder, entran en el juego electoral y empiezan a ser rehenes de lo peor del Estado, que es su condición representativa»,
ha ahondado.
OTRAS INQUIETUDES
En esta línea, ha señalado que aunque respeta a quienes viven la política «de manera más práctica», a los que buscan cargos y a los que persiguen como objetivo «las elecciones para encontrar un espacio de representación», él es partidario de priorizar «las necesidades de la comunidad».
«La política concreta tiene reglas y compañías que yo quiero lejos de mí», ha afirmado, al tiempo que ha reconocido que se siente «totalmente decepcionado y traicionado «por la concepción general de la política», que Podemos, en parte, ha asumido al «entrar en el juego electoral» y asumir como principal objetivo «acceder la poder».
Según Monedero, aunque el modo de funcionar que tiene la política y en el que cree que ha caído su formación «no es un problema de Podemos», su partido tiene que «recuperar la frescura» que les llevó a nacer. «Tenemos que prestarle más atención al lugar de donde venimos y a lo que nos dio origen, que al lugar a donde queremos ir», ha demandado.
«Podemos no tiene que parecer que somos buenos chicos aseaditos y que no vamos a dar problemas al poder. Es todo lo contrario. Queremos dar muchos problemas al PP y a los que han hecho de España a un país subdesarrollado»,
ha defendido.
«No quiero que me vean como uno de los suyos aquellos que han hundido mi país. No quiero que esa gente sea mi amiga. En ese sentido la irreverencia es muy importante y no tenemos que perder eso, y eso lo pierdes cuando la vorágine de la representación no te deja tiempo para pesar»,
ha lamentado.
Asimismo, preguntado sobre si en este momento existe una división en la dirección de Podemos sobre la estrategia y el camino a seguir –si optar por la moderación o volver al discurso más combatido de sus inicios–, Monedero ha explicado que desde su nacimiento el partido tiene «dos almas» y que por ello hay «tensión» interna, pero no sólo en la cúpula sino «en toda la organización y los círculos».
«Es verdad que siempre hay personas más moderadas y otras que apuestan más por la raíz de las cosas. En ese sentido no asumiría que hay una parte que se exprese en nombres».
En esta línea, ha afirmado que cree que «es bueno que haya gente que le guste más reunirse con grandes banqueros, y dar esa sensación de partido normalizado», pero también que es «muy importante» que haya otras personas que, como él, estén más de «en bajar mas a la calle, escuchar más a los círculos y hablar con más claridad» para que se les entienda lo que están diciendo».
«Pero Pablo creo que tiene la virtud de que engloba todos esos ámbitos. La magia de Pablo es mantener ese equilibrio», ha apostillado.
«Tenemos que tener una tensión creativa entre los dos polos. En el momento que te metes en esta vorágine, el riesgo de que te conviertas en rehén de esas exigencias de la representación es muy alto».