«De derecha» o «liberal», así definen muchos al próximo presidente de Argentina, Mauricio Macri, quien este domingo se impuso en segunda vuelta ante el candidato oficialista, Daniel Scioli, con el 51,4% de los votos.
Cuando asuma en diciembre, Macri y su alianza de centroderecha Cambiemos pondrán fin a 12 años de kirchnerismo, la corriente peronista fundada por Néstor y Cristina Kirchner que sus detractores consideran populista.
Desde que el kirchnerismo llegó al poder, en 2003, Argentina transformó su política exterior, dejó a un lado a Washington y formó fuertes lazos con gobiernos de izquierda de la región.
Tanto Néstor Kirchner como su esposa y sucesora, Cristina Fernández, mantuvieron una amistad cercana con el fallecido expresidente de Venezuela Hugo Chávez, que cambió los equilibrios en la geopolítica sudamericana.
Sus críticos incluso sostienen que el kirchnerismo adoptó un modelo económico chavista, y apodaron al país «argenzuela».
Las relaciones con Venezuela se mantuvieron fuertes con la llegada de Nicolás Maduro.
Las cosas cambiarán drásticamente cuando asuma Macri, quien ya anticipó que una de sus primeras medidas como presidente será pedir que se suspenda a Venezuela del Mercado Común del Sur (Mercosur) por tener presos políticos, entre ellos el opositor Leopoldo López.
Lilian Tintori, la esposa de López -quien acaba de ser condenado a más 13 años de prisión- estuvo en la noche del domingo en el comando de campaña de Cambiemos celebrando junto al flamante presidente electo.
Evo
La relación no solo será más tensa con Venezuela. Durante la campaña electoral, el presidente de Bolivia, Evo Morales, viajó a Buenos Aires para mostrar su apoyo explícito al candidato del kirchnerismo.
«Esperamos que gane Scioli», dijo abiertamente Morales al diario Página/12, a días del balotaje.
«Lamento mucho que vuelva el reparto imperial», señaló, en referencia a un posible triunfo de Macri y a la influencia de sectores liberales en Brasil.
«Espero que esto no se sienta como una intromisión mía en la política argentina, pero es la verdad y el pueblo argentino tiene que entender esto porque si no, habrá conflictos», advirtió.
«Con todos»
Consultado por BBC Mundo durante una conferencia de prensa con medios extranjeros, Macri aseguró que no romperá relaciones con Venezuela y Bolivia.
«Intentaré tener las mejores relaciones con todos, independientemente de en algunos casos no comulgar con sus políticas internas», señaló.
Como ejemplo, dijo que se oponía a las «re-re-reelecciones» como la que Morales buscará hacer constitucional a través de un referéndum en febrero.
Cuando se le pidió que se defina ideológicamente, Macri rechazó las categorías que se le adjudican, como ser de derecha o liberal.
«Nuestra ideología es resolver, es hacer, lo definiría como un desarrollismo moderno del siglo XXI», puntualizó.
Durante la campaña, también negó que sus promesas de buscar un acuerdo con los acreedores del país que llevaron a Argentina a un nuevo default, tenga un trasfondo ideológico.
«Estar al día con las deudas, no deberle nada a nadie, no ser moroso, no creo que eso sea de izquierda o de derecha. A (Michelle) Bachelet no se le ocurriría defaultear o decir que no va a pagar algo. La mayoría de los argentinos pensamos lo mismo», dijo, usando como ejemplo a la mandataria chilena, que es socialista.
Festejo
No obstante, está claro que para muchos argentinos Macri es indudablemente de derecha, como lo definen también los líderes bolivarianos y muchos de los medios del mundo.
El concepto fue ratificado por algunos líderes políticos de la región que celebraron el triunfo del candidato de Cambiemos en las redes sociales.
Uno de los primeros en saludar su victoria en la noche del domingo fue el antecesor de Bachelet, Sebastián Piñera.
«Gran triunfo de Mauricio Macri abre nuevas esperanzas para que Argentina supere largo periodo de confrontación y estancamiento de últimos años», manifestó por Twitter el exmandatario chileno.
También el presidente de México, Enrique Peña Nieto, el de Colombia, Juan Manuel Santos, y el de Paraguay, Horacio Cartes, felicitaron al flamante presidente electo por esa misma vía inmediatamente tras su elección.
El periodista especializado en temas internacionales del diario Tiempo Argentino Alberto López Girondo aseguró al canal TeleSUR que «la derecha continental está con Macri para el regreso del neoliberalismo en Argentina».
«Estos apoyan a Macri, entre otras cosas, porque consideran que una victoria de la derecha podría desencadenar un efecto dominó en la región», opinó.
Brasil
Quienes adhieren a este pensamiento ponen el foco especialmente en Brasil, donde la presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), enfrenta amenazas de juicio político.
Medios de izquierda como TeleSUR consideran que estas amenazas son parte de una «ofensiva violenta, desestabilizadora y con fines golpistas», la misma descripción que aplican a la oposición venezolana.
«Se enmarca dentro de la denominada restauración conservadora que advirtió el presidente (ecuatoriano) Rafael Correa, la misma que se trató de implementar en Ecuador en julio de este año», aseguró el canal ideado por Chávez, en referencia a una serie de manifestaciones ciudadanas que enfrentó el gobierno de Correa.
Para Gabriel Puricelli, presidente del Laboratorio de Políticas Públicas (LPP) de Argentina, no hay motivos para creer que el triunfo de Macri generará un giro en la región.
«No adhiero a la teoría del efecto dominó porque así como la llegada de varios presidentes de izquierda se dio por situaciones internas de cada país, lo mismo aplica ahora», señaló a BBC Mundo.
Para Puricelli, a pesar de los dichos de Morales, Argentina y Bolivia no modificarán sus relaciones, ya que mantienen un acuerdo gasífero que es vital para ambas naciones.
«Es lo mismo que pasó con Chile cuando Piñera sucedió a Bachelet: las relaciones exteriores de ambos países no se modificaron», ejemplificó el experto.
Puricelli tampoco cree que la victoria de Macri tenga incidencia en Brasil.
«Es muy probable que inspire a la oposición, pero no afectará a la opinión pública», consideró.
Donde sí habrá un cambio manifiesto, según el analista, será en el vínculo con Venezuela. Pero incluso allí el efecto será limitado.
«Es casi imposible que Macri logre el apoyo de los otros países del Mercosur para suspender a Venezuela», opinó.
Continuidad
El propio presidente electo buscó este lunes, durante su primera conferencia de prensa tras la elección, transmitir una sensación de continuidad.
Consultado por los medios dijo que, con excepción de Venezuela, no modificará las relaciones del país con sus vecinos ni favorecerá a aquellas naciones con gobiernos más alineados ideológicamente.
«Queremos construir, afianzar buenas relaciones con todos nuestros hermanos latinoamericanos y con el mundo», afirmó, tras revelar que había recibido llamadas de felicitaciones de Bachelet, Rousseff y el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez.
«Argentina necesita intercambiar con todos los países para generar oportunidades», aseguró, ratificando que su primer viaje al exterior será a Brasil.