Sin duda alguna las afirmaciones más polémicas en lo que va de la precampaña presidencial estadounidense han corrido por cuenta del aspirante republicano Donald Trump.
Y entre ellas, la posición más criticada del candidato hasta el momento es la que expresa su oposición a la entrada de musulmanes a Estados Unidos.
En sus controversiales afirmaciones, Trump cita a veces como sustento intelectual el trabajo de Frank Gaffney Jr.
Lo que ha concentrado la atención pública en torno a un poco conocido exfuncionario del gobierno estadounidense en la década de 1980, quien de la mano de Trump ha quedado en medio del huracán de la controversia sobre la posición de la sociedad estadounidense frente al islam.
En particular, Trump cita un estudio realizado por una entidad que Gaffney encabeza, que afirma que 25% de los musulmanes en Estados Unidos creen que la violencia contra Estados Unidos se justifica como parte de la «yihad global».
Del establecimiento
Pero, ¿quién es Frank Gaffney Jr.?
Este intelectual inspirador de los ataques de Trump a los musulmanes trabajó en el gobierno del presidente Ronald Reagan durante la década de 1980.
De ahí salió en 1988 para formar el Centro para las Políticas de Seguridad (CSP, por sus siglas en inglés), después de que el Senado rechazara su nominación como secretario asistente de Defensa.
«Alguna vez fue un respetable miembro de los círculos de poder de Washington», señala el Southern Poverty Law Centre, una organización no gubernamental que monitorea a grupos extremistas y racistas en Estados Unidos.
Pero, indica la organización, Gaffney Jr. se convirtió en «uno de los islamófobos más notorios del país».
Ha pedido que los musulmanes sean investigados por una nueva «comisión legislativa de actividades antiestadounidenses», recordando a la controversial entidad anticomunista que en la década de 1950 fue encabezada por el senador Joseph McCarthy, la misma que dio lugar a la expresión «macartismo» como sinónimo de intolerancia política.
En su sitio web, el CSP se llama a sí mismo las «Fuerzas Especiales en la Guerra de las Ideas».
El CSP no ofrece información acerca de quiénes son los donantes a su organización. Pero según un informe en 2013 de la revista estadounidense Salon, se incluyen algunas de las mayores empresas contratistas del sector defensa como Boeing, General Dynamics, Lockheed Martin, Northrop Grumman, Raytheon y General Electric.
El sitio web de la organización promueve informes y libros con títulos como «La colonización musulmana de Estados Unidos».
Respondiendo a la controversia sobre las afirmaciones de Trump, el CSP dijo que era «necesario responder a la amenaza presentada por el terror yihadista de una manera que… llama a las cosas por su nombre».
Críticas
El CSP ha sido criticado a través del espectro político por republicanos y demócratas de alto nivel y por organizaciones que monitorean a los grupos extremistas.
Terri Johnson, directora ejecutiva del Center for New Community, y J. Richard Cohen, presidente del Southern Poverty Law Center, lo calificaron de «centro de estudios extremista» encabezado por un «antimusulmán».
El grupo fue censurado fuertemente en 2012 luego de acusar repetidamente a Huma Abedin, una asesora de Hillary Clinton, de pertenecer secretamente a los Hermanos Musulmanes.
Dirigentes republicanos incluyendo a John McCain y John Boehner criticaron esas acusaciones.
Otras organizaciones de monitoreo al extremismo que han hecho críticas al trabajo del CSP incluyen a la Liga Anti Difamación y el Centro para Valores Democraticos de la City University de Nueva York.
BBC Mundo intentó en varias ocasiones contactarse con Frank Gaffney para conocer sus puntos de vista pero al momento de la publicación de este artículo no había obtenido respuesta.
Resultados discutibles
Las conclusiones de los estudios de Gaffney sobre la posición de los musulmanes en Estados Unidos son discutibles, afirman expertos.
De acuerdo a la Iniciativa Bridge, un proyecto de investigación de la Universidad de Georgetown sobre la islamofobia, la encuesta realizada por CSP fue una muestra en línea de 600 personas autoseleccionadas.
Es decir, los que contestaron la encuesta no eran personas escogidas al azar por los organizadores, sino que habían tomado la iniciativa de participar en la encuesta.
Las encuestas de internet en la que los participantes se autoseleccionan son menos confiables que los tradicionales métodos de encuestas aleatorios.
Pues realizar esas encuestas entre las personas que escogen deliberadamente participar en ella, en vez de escogerlas al azar, pueden llevar a sesgos en los resultados.
El diario estadounidense The Washington Post también criticó la metodología empleada por la encuesta.
El CSP por su parte asegura en un comunicado que sus métodos de investigación son «consistentes con los estándares internacionales de la industria».
Gaffney comparte con Donald Trump una atracción hacia las afirmaciones polémicas.
Y mientras Trump siga adelante en las encuestas como lo ha estado hasta ahora, resulta previsible que el mundo seguirá oyendo bastante de Frank Gaffney Jr.