Luis Salas, nuevo ministro de Economía venezolano

Las ideas de bombero del lumbreras que ha fichado el chavista Maduro para resolver la crisis económica de Venezuela

Quiere "profundizar la revolución", y le echa la culpa de todo a la "burguesía parásita"

Las ideas de bombero del lumbreras que ha fichado el chavista Maduro para resolver la crisis económica de Venezuela
Salas apuesta por una profundización de la revolución BBC

Quiere «profundizar la revolución». Aumentar la intervención del Estado en la economía en lugar de reducirla. Y coincide con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en que una «guerra económica» impulsada por la «burguesía parásita» es el origen de la crisis.

Se trata de Luis Salas, el nuevo ministro de Economía venezolano, el cerebro de la nueva política que quiere impulsar Maduro para hacer frente a los problemas económicos que aquejan al país.

Este sociólogo de izquierda fue designado esta semana por el mandatario en medio de una reestructuración de su gabinete, tras la instalación de la nueva Asamblea Nacional de mayoría opositora.

Su nombramiento ha generado rechazo entre sectores opositores y preocupación entre algunos economistas.

Salas, que es fundador del centro de Economía Política de la Universidad Bolivariana de Venezuela, parece más joven de lo que es: tiene 39 años.

Maduro cree que es la mejor persona para resolver la crisis económica que afecta a Venezuela, que -para el mandatario- sólo se logrará desmantelando el Estado Burgués y estableciendo un Estado Comunal.

Los ensayos del nuevo ministro están publicados en internet y en ellos se propone, más que una rectificación del modelo económico socialista implantado por el chavismo, una profundización de la revolución: «No tiene mucho sentido seguir hablando de ‘inflación y escasez’ cuando de lo que estamos hablando es de especulación, usura y acaparamiento».

El nombramiento va acompañado de la creación de seis nuevos ministerios -entre ellos, Agricultura Urbana y Pesca y Acuicultura- para impulsar la producción nacional.

Con la teoría del Estado Comunal, el gobierno también justifica la creación del Parlamento Comunal, que opositores ven como una forma de suplantar a la Asamblea Nacional que ahora controla la oposición.

Qué piensa

La crisis económica de Venezuela es la mayor preocupación de los venezolanos y, según algunos analistas, la razón por la cual le dieron una amplia mayoría a la oposición en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.

Además de enfrentar los supuestos ataques que ha propiciado la oposición desde que se inauguró la Asamblea Nacional hace unos días, Maduro ha expuesto su plan económico y espera decretar una emergencia económica la próxima semana.

El mandatario dice que va a «combatir» la llamada guerra económica -que, según él, se traduce en escasez, inflación y recesión- «reforzando el poder del pueblo para impulsar la producción».

La crisis, que Maduro ya no niega, es profunda. Además, el precio del petróleo -la mayor fuente de divisas en este país que importa la mayor parte de lo que consume- se ha reducido un 60% el último año. Y esta semana siguió bajando.

Economistas de tendencia crítica han recomendado -como medidas urgentes- reducir el gasto público, unificar las cuatro tasas de cambio, subir el precio de la gasolina, que es muy bajo, y dejar de financiar el déficit fiscal con la impresión de billetes por parte del Banco Central.

Nada de eso va en la línea de lo que propone Luis Salas, que incluso no reconoce varios de los problemas que, según los citados economistas, se resuelven con dichas medidas de ajuste.

De hecho, Salas ha escrito ensayos enteros criticando el ala del chavismo que propuso la unificación de las cuatro tasas de cambio, un esquema que, para los críticos, es una fuente clara de inflación, corrupción y distorsiones económicas.

Maduro dijo que Salas «ha estudiado a mayor profundidad los fenómenos del rentismo (petrolero) y su agotamiento y los fenómenos de la guerra económica».

Y en ese sentido ha concluido que la inflación, por ejemplo, no es producto del alto gasto público del gobierno y de imprimir dinero sin respaldo, sino una consecuencia de la especulación y la codicia de algunos monopolios del sector privado.

«La clase empresarial venezolana es una clase vividora y malcriada que a lo largo del tiempo se convirtió en un tumor económico que vive y subsiste de la renta petrolera y la expoliación del salario de los trabajadores y trabajadoras a través de la especulación»,

dice Salas en uno de sus escritos.

Y sigue:

«El fin último de la guerra económica emprendida por la burguesía parásita es la consolidación de las condiciones sociales de reproducción y explotación de los grupos concentrados, transnacionalizados, mafiosos y especulativos sobre la sociedad».

Poder popular

Por eso, Salas propone reforzar los controles de precios y de las importaciones para aumentar la intervención del Estado, a través del poder popular, en la economía.

«Derrotar la guerra económica» pasa por dos mecanismos, según dice: sacar a los consumidores de la dependencia del sector privado y especulador, y generar una movilización popular en defensa de los derechos colectivos.

Durante el nombramiento, Maduro afirmó que el tipo de economía que hay que desarrollar es aquella que ha emergido artesanalmente en medio de la crisis.

En efecto, muchos venezolanos fabrican detergente, jabón y algunas medicinas para paliar la escasez.

Incluso Maduro, según dijo, usa champú artesanal.

Y esa economía de participación del pueblo es su propuesta para acabar con la dependencia en la burguesía que, para él, genera la crisis.

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