Durante su asamblea anual, los jóvenes pertenecientes al partido liberal sueco han propuesto legalizar el incesto entre hermanos mayores de 15 años y la necrofilia (relaciones sexuales con los cadáveres humanos) con previo consentimiento de la persona antes de morir.
Cecilia Johnsson, miembro de las juventudes liberales, ha argumentado esta petición diciendo que entiende que la necrofilia y el incesto
«puedan ser consideradas como inusuales y repugnantes, pero la legislación no puede basarse en que sean repugnantes».
«Debería ser tu decisión lo que sucede con tu cuerpo después de que mueras, y si quieres legar tus restos a un museo o a la ciencia, o si lo que deseas es entregárselos a alguien para que duerma con ellos, debería estar bien»,
ha defendido la liberal.
«Seguramente comprenderéis que la gente se esté riendo de vuestro liberalismo, ¿no, imbéciles?», ha expresado en tono de enfado el exdiputado liberal Carl B. Hamilton tras conocer la noticia. Parece ser que a los más veteranos del partido no les ha sentado bien la proposición de las juventudes. ¿Reaccionarían de la misma manera los superiores de los veteranos actuales cuándo estos propusieron la legalización del matrimonio homosexual? Quizá lo que hoy nos parece descabellado, sea tolerado en pocos años.
No es la primera vez que el sector más joven del partido pone en entredicho la seriedad del conjunto liberal. Hace apenas unos meses pidieron retirar la cruz de la bandera sueca puesto que la definían como «un símbolo de opresión», defendiendo que preferían «el multiculturalismo y la tolerancia».