Saga al Dulaimi, exesposa del líder del grupo yihadista Estado Islámico (EI), Abu Bakr al Bagdadi, confesó que durante los tres meses que duró su matrimonio no se «atrevía a discutir con él» porque tenía una «misteriosa personalidad».
En una entrevista con la televisión sueca Expressen TV, Al Dulaimi, de 28 años, reconoce que en 2008 se casó con Al Bagdadi sin conocerle previamente, tras quedarse viuda de su primer marido y por imposición de su padre.
«No estaba enamorada de él. No le quería. Era una persona enigmática. No podías tener una discusión o mantener una conversación normal con él (…) Solo daba órdenes»,
dice.
Sin embargo, la exmujer del líder del EI asegura que se casó con «una persona normal, que era lector de universidad. En aquella época su nombre era Hisham Mohamed», detalla.
«No noté para nada que estuviera involucrado en el movimiento de resistencia. Era un hombre familiar. Cómo pudo convertirse en el emir de la organización terrorista más peligrosa del mundo es un misterio»,
indica.
Pese a que asegura que Al Bagdadi quería a sus hijos de su primer matrimonio con otro hombre y era amable con ella, Saga no era feliz con él.
«Era una excelente persona en ese aspecto (familiar), pero mi relación con él era superficial»,
precisa.
A los tres meses de la boda, le abandonó:
«Estaba embarazada de un mes sin que ninguno de los dos lo supiéramos. Le dejé. Sí, puedes decir que huí de él. No tiene nada que ver con él como persona. No era feliz. No era justo para su primera mujer. Estaba muy molesta. Por eso le dejé».
De ese embarazo nació Hagar, de cuya existencia se enteró en 2009 Al Bagdadi, quien pidió a Al Dulaimi que volviera con él, a lo que la joven se negó.
«La última conversación que tuve con él fue en 2009. Me preguntó si quería volver. Pero ya tomé mi decisión. Dijo que me podía quedar con Hagar hasta que me casara de nuevo. Quería que se la devolviese cuando me volviera a casar»,
explica Al Dulaimi, que tiene ya un nuevo marido.
Natural de Bagdad, Al Dulaimi fue detenida primero en Siria cuando fue a visitar a su familia a Damasco, después de que esta se mudara allí.
Tras ser liberada, cruzó la frontera con el Líbano de manera irregular. Allí fue de nuevo detenida.
«Me enseñaron fotos de mi exmarido (Al Bagdadi) y me preguntaron si le reconocía. Resultó que había estado casada con Abu Bakr al Bagdadi. Fue una sorpresa descubrir, siete años después, que había estado casada con el hombre más peligroso del mundo»,
asegura.
Un año y tres meses después, Saga y sus hijos fueron liberados de la prisión, en un intercambio de presos entre trece miembros del Frente al Nusra -filial siria de Al Qaeda- y dieciséis soldados libaneses.
La exmujer del dirigente yihadista, que vive en el Líbano junto a sus cuatro hijos, no duda en tildar de «líder terrorista» a su exmarido y en condenar los recientes atentados de Bruselas.
«Es asesinato, sangre y brutalidad. Como madre, considero que lo que están haciendo (los terroristas del EI) es terrorismo. Si alguien hace daño a mi hijo, es un terrorista. Todas las madres piensan eso»,
afirma.
Sin embargo, no puede evitar que tanto ella como su hija Hagar estén marcadas por el estigma de haber estado casada con Al Bagdadi.
«Ella tiene el desastre del mundo entero sobre sus hombros. ¿Qué culpa tienen los niños? No es su culpa ser la hija del terrorista más buscado del mundo», dice en referencia a Hagar.
Y concluye:
«¿Dónde está mi culpa? Me casé con él en 2008. Estamos divorciados. Fui yo quien le abandoné. Soy una mujer que ha pasado por muchas cosas y ha sufrido en prisión. Si hubiera querido vivir con Al Bagdadi, podría haber vivido como una princesa. No quiero dinero. Quiero vivir en libertad».