El caso de Karsten Nordal Hauken, miembro activo del Partido Socialista de Izquierda de Noruega (SV) que fue sodomizado hace cuatro años por un refugiado somalí, es sangrante. Tras dar cuenta ahora de la brutal violación a la que fue sometido por un refugiado somalí en su propia casa, confiesa además que se siente muy triste porque el pervertido de turno ha sido deportado a su país de origen.
El buen honbre, que se describe como heterosexual y un ardiente «feminista y antirracista» explicó en la televisión noruega el trauma que experimentó al aceptar que había sido violado analmente por un hombre migrante. Este hecho le abocó a una depresión de mucho cuidado y a darse al alchohol y a la marihuana, tal y como recoge ‘Express‘.
No culpa en absoluto al hombre por el ataque sexual, y lamenta el hecho de que fue enviado de vuelta a Somalia, tras cumplir una pena de cuatro años de cárcel.
«Me quedé un poco sorprendido por la noticia de que lo van a deportar. Sentí alivio y alegría porque se iba para siempre. Sentí que el gobierno noruego asumió la responsabilidad de ejercer la última venganza, como un padre enojado que se enfrenta a un abusador de niños. Pero también tengo un fuerte sentimiento de culpa y responsabilidad. Yo no puedo ser la razón por la que debe salir de Noruega, ya que enfrentará un futuro muy incierto en Somalia. Ya había cumplido su condena en la cárcel. ¿Por qué lo castigan de nuevo?»
Hauken fue más lejos aún:
«Él no es responsable de sus actos. No es más que un producto de un mundo injusto. Un producto de una educación marcada por la guerra y las privaciones».
