La crudeza de la Guerra Civil en Siria, mientras se desarrolla la última ronda de conversaciones de paz en Ginebra, se pone de manifiesto en un nuevo video publicado el martes por Amnistía Internacional (AI).
En el mismo, las imágenes de los bombardeos se mezclan con los testimonios de los habitantes de la ciudad de Daraya, en las afuera de Damasco.
La organización sin fines de lucro busca así que las imágenes sirvan de incentivo para que la comunidad internacional ponga manos a la obra y logre finalmente que la ayuda humanitaria llegue a la asediada ciudad. En efecto, al final del video hay un llamado al ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov y al Secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry.
Las imágenes fueron tomadas antes del 26 de febrero, cuando entró en vigor el alto al fuego parcial en el marco de las negociaciones de paz. Aunque según Amnistía desde entonces no han caído bombas de barril sobre Daraya, la ciudad ha sido atacada con otras armas, y los miles de civiles que continúan en ella siguen sin suministro eléctrico y sufriendo graves carencias de alimentos y servicios médicos.
En el video se observan una serie de ataques del régimen de Bashar al Assad con bombas de barril, denunciadas por ser armas poco sofisticadas pero altamente mortíferas, que se fabrican con barriles de petróleo, tanques de gasolina o bombonas de gas que se llenan de explosivos, combustible y metralla y se lanzan desde helicópteros y aviones. Son imprecisas por definición y nunca deben utilizarse cerca de civiles.
Sin embargo, en los más de cinco años de guerra civil en Siria, las mismas se han convertido en una marca distintiva del régimen.
Según datos recogidos por el ayuntamiento de Daraya, entre enero de 2014 y la entrada en vigor del «cese de hostilidades», el 26 de febrero de 2016, se lanzaron sobre la ciudad unas 6.800 bombas de barril.
La mayoría de los habitantes originales de Daraya huyeron de la devastación hace años, y ahora sólo quedan entre 4.000 y 8.000 personas, una pequeña fracción de la población original, informó Amnistía en un comunicado de prensa.
El vídeo, grabado por civiles en Daraya entre 2014 y finales de febrero de 2016, incluye imágenes que nunca se han hecho públicas: las explosiones de bombas de barril lanzadas por las fuerzas gubernamentales sirias sobre la ciudad se intercalan con las de civiles -incluidos niños y ancianos- que describen la profunda sensación de terror que genera vivir bajo este tipo de ataques implacables en una ciudad asediada.
«Es difícil imaginar siquiera la magnitud y la intensidad del sufrimiento que ha soportado la población civil de Daraya y otras zonas asediadas de Siria, algunas de las cuales no han recibido ayuda humanitaria durante años de combates. Cada día que pasa sin que llegue ayuda humanitaria supone un empeoramiento de la crisis humanitaria en Daraya»,
afirmó Magdalena Mughrabi, la directora adjunta para Medio Oriente y el Norte de África de la organización de derechos humanos.
«Ahora que vuelven a estar en marcha las conversaciones de paz en Ginebra, es absolutamente crucial que se dé carácter prioritario a la apertura del acceso de ayuda humanitaria a esas zonas»,
agregó Mughrabi.
Es que además de la destrucción generalizada y a gran escala causada por las miles de bombas de barril lanzadas sobre Daraya, las fuerzas gubernamentales mantienen aislada la ciudad y no han permitido que llegue a ella ninguna ayuda humanitaria desde noviembre de 2012.
A su vez, el personal médico padece una grave falta de recursos para enfrentarse a una crisis humanitaria de tal magnitud. El único hospital de campaña que queda en la ciudad asediada ha sido atacado 15 veces por las fuerzas gubernamentales.
Las autoridades médicas de Daraya enviaron a Amnistía Internacional listas de más de 100 medicinas, suministros y equipos que se necesitaban urgentemente, entre los que figuran: antibióticos, analgésicos y anestésicos, desinfectantes y otro material de limpieza, y, en cuanto al equipo, máquinas de diálisis, escáneres para TC y camas y camillas de hospital.
A 26 de marzo, un mes después de la entrada en vigor del «cese de hostilidades», el gobierno sirio no había concedido el acceso de la ayuda humanitaria a seis zonas asediadas por lo menos, entre ellas partes del Ghouta Oriental y Daraya, a pesar de las reiteradas peticiones de la ONU, según un informe del secretario general de esta organización al Consejo de Seguridad.