De nada le ha servido al escritor jordano Nahed Hattar, de 56 años, -activista de izquierdas refractario al integrismo islámico y que mostraba sin tapujos su apoyo al régimen del presidente sirio Bachar el Asad-, el haber retirado la caricatura de las redes sociales, y mucho menos defender a capa y espada durante estos últimos meses que no pretendía insultar a Alá, sino burlarse de la visión del paraíso que tienen los radicales suníes como los milicianos del autodenominado Estado Islámico.
Y es que, este domingo 25 de septiembre de 2016, un predicador islámico de 49 años de una mezquita del lugar, lo ha asesinado de tres tiros a quemarropa en la cabeza, a las puertas del tribunal de Abdali, Amán, en el que el iba a ser juzgado por tal hecho. Hattar, había sido detenido el 13 de agoso de 2016 y fue puesto en libertad provisional un mes después. El atacante llevaba barba e iba vestido con una chilaba gris, el atuendo de los salafistas, y ya ha sido detenido.
El columnista cristiano había sido acusado de «incitación al odio confesional» y de «insulto a la religión» por la fiscalía, después de haber publicado en su cuenta de Facebook una viñeta titulada «El Dios de Daesh», el acrónimo en árabe del Estado Islámico, que fue considerada atentatoria contra los valores del islam.
La caricatura en cuestión, representa a un yihadista en el paraíso que supuestamente disfrutan los extremistas «mártires» tras su muerte. El hombre pide a Alá que le sirva vino y que llame a la puerta antes de entrar a su habitación.
En la traducción del dibujo, aparece el nombre de Abu Saleh que se podría referir al ex jefe de Finanzas del grupo terrorista, que fue abatido en diciembre pasado.
Cuando compareció ante el fiscal tras su detención, el escritor dijo que la viñeta solo reflejaba «el comportamiento de los terroristas», pero incluso su abogado habitual rechazó defenderlo en este caso polémico.
Por su parte, el organismo oficial encargado de emitir edictos religiosos en Jordania condenó en su momento la caricatura y afirmó que «el dibujo sacrílego del Todopoderoso solo aumentará el odio y sembrará la discordia en el país».