En un resultado sorprendente, los votantes colombianos rechazaron este domingo 2 de octubre de 2016 el acuerdo alcanzado por el gobierno con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sumiendo en la incertidumbre el proceso de paz con los insurgentes.
Con el 99% de las mesas de votación y el 37% de la votación escrutada en el plebiscito convocado por el gobierno para refrendar el acuerdo con las FARC, las autoridades indican que 49,7% de los votantes hasta ahora contabilizados optaron por el Sí, mientras que el 50,2% lo hicieron por el no.
El presidente colombiano Juan Manuel Santos dijo este domingo que «soy el primero en reconocer el resultado».
Aseguró que el cese el fuego bilateral con las FARC seguirá vigente y que el mismo lunes convocará a todas las fuerzas políticas, en especial a las de oposición, para escucharlas y seguir buscando una salida dialogada al conflicto con las FARC.
Desde Cuba, donde estaba esperando los resultados del referendo, el jefe máximo de las FARC, Rodrigo Londoño («Timochenko»), dijo este domingo que los insurgentes seguirán buscando una solución negociada a las hostilidades.
«Las FARC mantienen su voluntad de paz», aseguró.
Los resultados del referendo contrastan con encuestas que en semanas anteriores habían augurado una cómoda ventaja para el Sí.
Un proceso de paz en el limbo
Con la derrota en el plebiscito convocado por el gobierno, se abre un gran margen de incertidumbre sobre la suerte del proceso de paz.
«La victoria del No ha generado desconcierto, fundamentalmente porque no está claro en las explicaciones de los defensores de esa posición cómo podrían renegociarse los acuerdos y porque el presidente Juan Manuel Santos insistió hasta último momento en que no hay un plan B», indicó desde Bogotá el corresponsal de BBC Mundo, Natalio Cosoy.
En declaraciones a BBC Mundo este domingo, el abogado de las FARC en el proceso de negociación, el español Enrique Santiago, sostuvo que «se está trabajando por la paz, vamos a encontrar una solución entre todos».
El gobierno de Santos emprendió negociaciones formales con las FARC a partir de 2012.
Santos y el jefe de las FARC, Rodrigo Londoño («Timochenko») firmaron en la ciudad colombiana de Cartagena el pasado 26 de septiembre un acuerdo de paz con el que esperaban poner fin a un conflicto armado que comenzó en 1964.
Este acuerdo contemplaba la transformación de las FARC en un partido político.
Las críticas
Varios dirigentes de oposición en Colombia, encabezados por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, habían criticado aspectos del acuerdo con las FARC.
Entre los aspectos que más controversia desataron estaba lo que los opositores al acuerdo describían como inadecuados castigos para los crímenes cometidos por los jefes rebeldes durante el conflicto.
El gobierno había insistido en que el acuerdo contemplaba mecanismos efectivos de administración de justicia para los responsables de abusos durante el conflicto colombiano, que se ha extendido por más de cinco décadas.
Para tener validez, el acuerdo con las FARC debía someterse a votación popular, y obtener el respaldo de la mayoría de los votantes y de al menos el 13% del total de colombianos habilitados para votar, número cercano a los 4,5 millones de personas.
Algunos voceros de las FARC habían anunciado que no estarían dispuestos a una renegociación del tratado de paz en caso de ser éste rechazado en la elección.
«La pregunta más grande posiblemente la tendrán ahora las FARC, especialmente los guerrilleros rasos: «¿Qué pasa ahora con nosotros?», según reporta desde Bogotá nuestro corresponsal.
Alternativas
Distintos dirigentes colombianos han empezado a sugerir alternativas para retomar los diálogos.
Victor G. Ricardo, quien encabezó las negociaciones del gobierno con las FARC durante el anterior y fallido proceso de paz conducido por el entonces presidente Andrés Pastrana (1998-2002), le dijo a BBC Mundo que se requería un acuerdo nacional.
«Yo creo que ahora el presidente debe hacer una convocatoria nacional. Debe llamar a las personas que lideraron el no a explicarles el acuerdo, a integrarlas al acuerdo. El no al plebiscito no es un no a la paz ni se puede considerar así. Hay que hacer una sumatoria que permita que la terminación del conflicto goce de un mayor respaldo. Las FARC seguramente va a decir que ellos negociaron con el presidente y aspiran a que el acuerdo se cumpla; o sea que el presidente deberá resolver los obstáculos. Se van a tener que auscultar las posibilidades de renegociar», dijo Victor G. Ricardo a BBC Mundo.
También, voceros de víctimas del conflicto instaron al gobierno a seguir con los esfuerzos de paz.
Un grupo de familiares de diputados regionales del departamento del Valle del Cauca, secuestrados y asesinados por las FARC en 2002, enviaron un comunicado a la opinión asegurando que «Hoy, debemos unirnos los del SI y los del NO, con un solo propósito: la construcción de una paz estable y duradera en Colombia».
«Hoy ganó la democracia en Colombia y es nuestra oportunidad de oro para fortalecer el Acuerdo para dejarle un mejor país a nuestras próximas generaciones», dijeron los familiares de los diputados en su comunicado.