El hijo menor de Donald Trump, ha sido objeto de burlas por parte de algunos en Internet

El acoso a Barron Trump y las dificultades de los niños que crecen siendo hijos del presidente

La Casa Blanca publica un comunicado que habla de una "larga tradición de que a los hijos de los presidentes se les brinde la oportunidad de crecer fuera del foco político"

El acoso a Barron Trump y las dificultades de los niños que crecen siendo hijos del presidente
Barron Trump tiene 10 años y es el hijo menor del presidente BBC

Como titular de una oficina pública, el Presidente de Estados Unidos puede a menudo ser objeto de crítica en las redes sociales. Pero, ¿debería trazarse una línea cuando se trata de sus hijos?

El hijo menor de Donald Trump, Barron, ha sido objeto de burlas por parte de algunos en internet desde que su padre anunció su candidatura presidencial, pero otros han salido a defenderlo diciendo que el niño de 10 años no debería incluirse en la pelea política.

Donald Trump con su esposa Melania y su hijo Barron en 2006.

La Casa Blanca publicó este martes un breve comunicado que habla de una «larga tradición de que a los hijos de los presidentes se les brinde la oportunidad de crecer fuera del foco político».

Aunque no se hace mención del nombre del presidente Trump ni de su hijo, pide que «continúe esta tradición».

El mensaje oficial llegó luego de que Katie Rich, guionista del programa televisivo de humor de la cadena NBC Saturday Night Live, publicó un tuit (ahora borrado) que decía: «Barron será el primer francotirador del país que recibe educación en casa».

El comentario desató la furia de algunos, entre los que estaban unos cuantos «espectadores fieles» del programa, quienes exigieron el despido para Rich y un boicot al show.

La guionista se disculpó luego por su «insensible» tuit y NBC anunció este martes que la suspendía indefinidamente, según reportaron medios locales.

Una publicación en Facebook que ha sido compartida más de un millón de veces reclamaba que «ningún niño merece ser tratado de esa manera».

Barron Trump fue objeto de críticas durante la asunción a la presidencia de su padre.

La usuaria Melissa Earnest, seguidora del presidente Trump, dijo: «Así les caiga bien o mal esta familia, este es su hijo de 10 años. Todavía está creciendo y las palabras duelen».

Cuando el presidente Trump ganó las elecciones el pasado 8 de noviembre, el niño recibió también una serie de burlas por su expresión de aparente aburrimiento.

Estar en constante exposición es una de las características que vienen con el rol de ser hijo del presidente de Estados Unidos.

Así como Barron Trump ha sido blanco de comentarios negativos, lo mismo ha ocurrido con algunos de los hijos de mandatarios previos.

Chelsea Clinton

Chelsea, la única hija del expresidente Bill Clinton y la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, se unió a la red de apoyo a Barron, aunque en el mismo tuit criticó a Trump diciendo: «Defender a todos los niños también significa oponerse a las políticas del presidente que hieren a los niños».

Chelsea Clinton también tuvo que enfrentarse a comentarios desagradables sobre su apariencia cuando tenía apenas 12 años.

Clinton tenía 12 años cuando su padre se convirtió en presidente y la familia se mudó a la Casa Blanca.

Aunque las redes sociales no existían en el año 1993, la pequeña también tuvo que enfrentarse a insultos sobre su apariencia.

El presentador de radio conservador Rush Limbaugh la comparó con un perro, mientras que el programa Saturday Night Live hizo un sketch burlándose de ella.

El productor ejecutivo del programa Lorne Michaels se disculpó públicamente y expresó que Clinton «era una niña que no escogió estar en el ojo público».

El presidente Clinton le dijo a la revista People en ese entonces que, aunque no le disgustaba que se burlaran de él en un show de comedia, sintió que era «muy insensible reírse de una adolescente».

Malia y Sasha Obama

Las hijas del expresidente Barack Obama tampoco fueron ajenas al abuso cibernético durante el mandato de ocho años de su padre.

Hace dos años, Sasha, que entonces tenía 13, y Malia, de 16, fueron mencionadas por una usuaria de Facebook, quien les pidió que «trataran de mostrar un poco más de clase».

Las hijas del expresidente Barack Obama también recibieron comentarios negativos sobre su apariencia.

La autora era Elizabeth Lauten, directora de comunicaciones de un congresista republicano, se refería al largo de las faldas de las niñas: «Vístanse como si merecieran respeto, no un asiento en un bar».

Como respuesta, decenas de personas le escribieron al jefe de Lauten y popularizaron el hashtag «#DespidanAElizabethLauten» en Twitter.

Lauten se disculpó públicamente y más tarde renunció a su puesto.

Cuando la hija mayor de Obama, Malia, fue admitida en la prestigiosa universidad Harvard, el portal de la cadena Fox News tuvo que borrar una serie de comentarios de lectores que la descalificaron por su raza.

Jenna y Barbara Bush

Las gemelas Jenna y Barbara tenían 19 años cuando su padre, George W. Bush, fue elegido como presidente de EE.UU.

Jenna y Barbara son las hijas del expresidente George W. Bush.

Cuatro años después, como una «broma» del Día de los Inocentes, la revista Maxim decidió realizar un foto montaje de las caras de las jóvenes en cuerpos de modelos en ropa interior.

El editor de la publicación, James Heindery, dijo en ese entonces que poner a las hermanas Bush en la revista fue «la primera sugerencia que todos lanzaron en la mesa».

La jefa de prensa de la Primera Dama, Laura Bush, se abstuvo de hacer comentarios sobre el tema.

Amy Carter

Amy, la única hija del expresidente Jimmy Carter, tenía 9 años cuando su padre se convirtió en presidente en 1977.

Amy Carter tenía 9 años cuando llegó a vivir a la Casa Blanca.

La pequeña era la primera menor de edad en vivir en la Casa Blanca desde la presidencia de John F. Kennedy en la década de 1960.

Enseguida su personalidad introvertida comenzó a figurar en los periódicos de forma negativa.

Un reportero alemán criticó que leyera libros para entretenerse en las cenas oficiales y la describió como «una lamentable consentida y perpetuamente cansada con costumbres miserables».

«Ha habido críticas hacia Amy, muchas más de las que una niña es capaz de soportar», reseñó el diario del estado de Ohio The Blade Toledo en abril de 1980.

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